Sabía bien que él no era fácil, también era consciente de que provocarlo era más complicado de lo que parecía, pero eso era lo que le daba la diversión a todo aquello, porque pese al "rechazo" Elyas había hecho contacto con ella, el solo hecho de sujetarla denotaba su deseo de controlar la situación, de ser él quien tomase las riendas, mismas que no tenía pensado ceder del todo —Si sabes lo que me divierte ¿Por qué lo haces de todos modos?— Musitó con una sonrisa ladina —¿Y si lo hice, qué? Suelo echar de menos a los que logran divertirme—

Y aunque su cigarrillo le fue arrebatado de esa manera, la sonrisa triunfal en su rostro no se hizo esperar, eran esas rabietas las que gozaba causar, y que nunca dejaría de lado.— Una muy caprichosa. —ante su cercanía, permaneció estoico por unos segundos, al menos antes de sujetarla por los antebrazos con firmeza, sin llegar a imprimir más fuerza de la necesaria. Ahí, se inclinó ante ella para acercar sus labios a su oreja derecha.— Una que cree que voy a ceder como lo hace el resto. —musitó, y en cada vocablo sus labios rozaron su piel, sólo para apartarla de tajo.— Sé lo que te divierte, y no seré parte de ello ¿o es que acaso me extrañaste? —mencionó lo último con sorna.

Y si, ciertamente le causó enojo el ser atacada con una nube de humo grisáceo, volvió a quitarle el cigarrillo pero esta vez lo arrojó al suelo y lo pisó para apagarlo —No importa cuanto quieras convencerte de ello, no siempre me ves como una niña— Se acercó a él, rompiendo la barrera del espacio personal de manera deliberada, insinuandosele sin caer en la vulgaridad o el descaro.

— Es preciso. —corrigió, puntual y sin punto de flexibilidad con ello; era así, para él era una mocosa malcriada con quien "debía" lidiar por tiempo indefinido.— Y nunca dejará de ser así. —ésta vez soltó el humo del cigarrillo directamente sobre el rostro ajeno, sabía que causaría su molestia.

—Nunca dije que no lo hiciera, solo no muy seguido— Y además buscaba molestarlo, más allá del gusto por el tabaco —Tu afán de verme como una niña es ofensivo—

— ¿Ahora fumas? —observó la acción con especial interés, tomando el cigarrillo de nueva cuenta, para al darle una calada, liberar el humo hacía arriba.— No es para niñas malcriadas como tú.

Cual pequeña travesura le quitó el cigarrillo de la boca para darle una calada —Que serio te ves—