Finalmente se había quedado a dormir con ella esa noche, siquiera recordaba del todo como había sucedido pero a la mañana, sintió que ella se movió, despertándolo. La sujetó del brazo cuando quiso ponerse en pie, deteniéndola.— ¿A dónde vas?
‒No esperaba que se despertara de manera tan repentina, mucho menos que le sujetara de esa manera, tras la noche que había tenido, en la cual la fiebre no cedió hasta altas horas de la madrugada, por fin se sentía mejor, decidió ir a buscar algo de agua pero en su intento por ir sin hacer ruido se vio interceptada.‒ Tranquilo, vuelve a dormir, solo voy por un vaso de agua. ‒Mencionó con tono tranquilizador, incluso cariñoso, su diestra se dirigió a los cabellos ajenos para acariciarlos con suavidad.‒ Gracias por quedarte.
