Astrid se puso de pie y sonrio al ver la cara curiosa de la reina, era claro que se sorprenderia, aunque no conocia la historia de Elsa y mucho menos sabia de lo que era capaz, para la rubia vikinga presentar a Stormfly era su mayor orgullo. Llevo un par de dedos a su boca y chiflo para atraer a su dragon. Una vez el dragon aparecio por el cielo descendiendo junto Astrid ella se acerco a su amiga y la acaricio juntando ambas frentes sin dejar de frotar su rostro con la mano.



-Esa es mi niña- le dijo con cariño, pues Astrid podria ser ruda pero era claro que Stormfly sacaba lo mejor de ella. - Mira Stormfly, te presento a una amiga: Elsa.-

Una vez presento a la reina se alejo un poco de su dragona para que la contraria la admirara.

—¿Stormfly? Que nombre tan curioso. ¿De quién se trata? —Muerta por la curiosidad se puso de pie como si eso fuese a apresurar más las cosas. Mordió su labio inferior hiperactiva y emocionada por saber de quién le hablaba.

La inocente mujer no se le ocurría; ni si quiera se le pasaba por la cabeza que de aquel ente del que le hablaban era un dragón. La sorpresa que se llevaría cuando lo viera tal vez sería similar a cuando conoció a los espíritus elementales.

-Te presentare a una de mis motivaciones, Stormfly- dijo orgullosa de su dragona, pues ella era su mejor amiga y arqueo la ceja curiosa al escuchar que ella tenia una hermana, pues ella era hija unica y no se imaginaba a Elsa tratandose como Brutacio y Brutilda.

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-¿Ah? No te preocupes no pasa nada, es algo a lo que estoy acostumbrada- La vikinga no estaba acostumbrada a el trato tan "femenino y dulce" de la contraria, bastaba solo con conocer a Brutilda y a todas las mujeres de Berk para saber que eran rudas, gritaban y no eran nada tranquilas como lo era Elsa, pero no la culpaba ella era una reina, y aunque no estaba familiarizado con ello, alguno que otro libro ella leia de otras culturas y lugares cuando tenia tiempo, y sabia que las reinas eran asi, dulces y refinadas como lo era su acompañante, asi que trato de no ser tan brusca y solo le regalo una pequeña sonrisa.

—No era mi intención interrumpirte Astrid. Espero me disculpes, a veces hablo muy apresurada.—Se excusó de la manera más sincera. Apremió con un ligero apretón en la mano de la chica y retomó el tema—.A quién dices que me podrías presentar?

Sus cejas se curvaron interesada, se sonrojó ligeramente por haber cambiado abruptamente la conversación.
—Respondiendo a tu pregunta, mi hermana Anna. Ella es quien me hace más fuerte.

-Se recargo hacia atras con las palmas de sus manos sintiendo el rocio del cesped escuchando las palabras de la reina Elsa, le sorprenderia si conocia al Furia Nocturna, realmente el y su dueño, asi como todos sus amigos eran un caso especial, una gran familia en Berk el cual hacia de su vida una aventura.- Asi es. Toothless algun dia espero poder presentartelo aunque si puedo presentarte a... -Cuando iba a mencionar a Stormfly, su dragon, Elsa pregunto ante la motivacion de la vikinga, lo cual hizo que se aclarara la garganta y recogiera sus pies para pegar sus rodillas a su pecho, y antes de abrazarlas se acomodo el flequillo para descubrir su cara y colocarlo tras su oreja desviando ligeramente la mirada- Tu lo dijiste, todos necesitamos personas que nos motiven- sonrio para si misma y desvio la pregunta de la reina- ¿Quien es la suya majestad?

—¿Toothles? —Preguntó, vaya nombre tan curioso. No pudo evitar sonreír al pensar de qué entidad se trataba mucho menos en conocerlo. ¿De qué se tratará? Curiosa por el tema, cogió de sus costuras el largo vestido que le ataviaba para manipularlo y facilitarle la opción de tomar asiento a un lado de la mujer vikinga.
—Todos necesitamos motivarnos en algún momento, y si son personas las que nos impulsan creo que es algo sano, no cualquiera saca lo mejor de nosotros. ¿Tú tienes algo que te motive Astrid?

-No lo ha hecho solo, sus mejores amigos hemos estado con el, sobre todo Toothless, el ha sido una motivacion, a decir verdad dudaba que el lograra todo lo que logro, me ha sorprendido en verdad. Tal vez te paso lo mismo, alguna motivación especial debiste tener.- se sienta en el cesped clavando el filo de su hacha en el suelo a un costado de ella.

-¿Poderes? ¿De que poderes hablas? -No entendia mucho su historia, pues ella desconocia la existencia sobre la magia, lo mas increible que habia visto eran dragones, y aun mas que se haya logrado la paz entre peleas a muerte de su tribu con ellos, pero maga en si o algo fuera de lo normal dejando de lado a Stormfly, a Toothless, absolutamente nada, incluso ella era mujer muy dificil de impresionar, pero debia aceptar que le daba cierta intriga de lo que hablaba la contraria, hasta que pregunto por Hipo, tal vez no queria hablar de ello y por eso desvio la conversacion.

—Es complicado, tiene un trasfondo todo. No es que me disgustara ser reina es solo que, no sabía controlar mi poder… Y nadie en el reino conocía la existencia de mis poderes; no podía detener su intempestiva aparición mucho menos deshacerlo. Mi cara reflejaba miedo, porque infortunadamente nadie podía ayudarme. Temí lastimarlos.
Esa fue básicamente mi historia Astrid.


—Mejor háblame un poco de ese hijo del jefe. ¿Él como ha lidiado con todo?