**Pese a que no lo parecía, la joven tampoco se encuentra en su forma más optima. Y el hecho de que, con lo que pueda invocar de su, casi infinita aura, cuando se encuentra agotada para convertir la llama ordinaria de una vela, en un arma; ya supone un gran esfuerzo. Casi titánico.
Mientras mantiene preso al hombre con la soga de fuego, dividiendo la misma en cinco, ahora para apresar sus manos y pies al suelo y así evitar que este vuelva a levantarse, y más usar la daga en su contra; no puede evitar que una gota de su sangre emane de su nariz. Señal inequívoca de que su energía se agota y está comenzando a tomar de su misma fuerza vital.
Aún así, tan sólo limpia aquella gota con su otra mano, mientras que con una controla esas llamas para mantenerlo preso.**
¡¿Quien te envió?! **Inquiere con vehemencia y un tono férreo que recuerda bastante a su fallecido padre, cuando él tomó recién el trono de Drachenzunge y se volvió el monarca de la