**Ella, llegando, se arrodilla al lado de Bernard, quien no deja de mirar con un rencor asesino al arfirus, mientras mira el daño que este le ha hecho a su mano.** ¡DÉJALO EN PAZ! **Grita ella, con enojo desmedido al rubio; sin embargo, aún así, recibe un empujón de la mano ilesa de Bernard, haciéndola a un lado.** ¡QUÍTATE! **Una vez que la ha empujado él se levanta, pese al dolor y las heridas para luego espetar a la princesa.** ¡Tu padre ya habría hecho cenizas esta maldita ciudad, ya habría cortado en pedazos a este pedazo de mierda! **Señala con la mirada al arfirus.** Terminarás igual que Ellian de seguir así. No serviré a un Rey débil, cobarde e incapaz de hacer nada contra sus enemigos. **Dicho aquello, él deja la habitación, para dirigirse a la salida del castillo; mientras ella se queda con la mirada gacha, aceptando las palabras del ex verdugo, porque en el
** Ya preparaba su contraataque cuando escucha la voz de la princesa y se detienes, incluso se hace aun lado para dejarla ver a su sirviente, incluso se porta de forma tranquila y esperando que pronto pueda tener su confianza**
**Para un ser que carece de un aura poderosa, como Bernard, aquella sensación de quemar su mano con el aura del arfirus, resulta un suplicio total y lo hace retroceder, rugiendo de dolor. Aún así, pese a ello, intenta reponerse de la misma para atacar, pese al dolor agonizante. Aunque en ése momento la puerta, que ya se encuentra bastante destrozada, se abre de par en par, dejando entrar a Johnatan, que secunda a la joven princesa, aún encontrándose débil llega al lugar, para emitir un chillido al arfirus.** ¡YA DÉJALO!
**Espera a que aquel insulso ser se atreva a atacarlo y entonces cuando esta a punto de hacerlo el arfirus abre sus ojos y con tan solo verlo fijamente el puño del desdichado se enciende en llamas** le prometí a tu princesa que los dejaría libres y sanos, pero si vienes por mi cabeza no dudare en matarte así que lárgate de mi vista...**sus alas se extienden, con un solo y ágil movimiento se levanta de la cama y agitando ambas alas se posa sobre el para mirarlo elevado por los aires**
**El ex verdugo no tarda demasiado en encontrarlo, después de, casi romper cada puerta que se encuentra, finalmente llega a dónde el arfirus se encuentra. Una vez frente a la misma, con una fuerza abrumadora patea la misma, derribándola con relativa facilidad.** ¡HOY LLEGASTE A TU FIN, PEDAZO DE MIERDA! **Ruge con extrema furia para entrar corriendo a la habitación, dispuesto a moler al joven rubio a golpes.** ¡¿CREES QUE PUEDES USAR A UNA PRINCESA ESPARVUS COMO UN PEDAZO DE CARNE Y SALIRTE CON LA TUYA?! **Vuelve a rugir de manera atronadora, estando ya a unos centímetros, para propinar el primer golpe al rostro del joven.**
**El ya se encontraba en sus aposentos y no fue testigo de los eventos ocurridos con los prisioneros, acostado en su habitación descansa pues había estado en vela cuidando de erzebeth**
sí; sin que ella pueda hacer nada en absoluto, pese a que le ordena que vuelva. La furia en ése momento consume al ex verdugo, que se dedica a buscar al arfirus, azotando la cabeza de uno de sus guardias de paso. El pobre hombre caería inerte al suelo, después de escucharse un inquietante crujido, dejando en la fría piedra un manchón de sangre, a la altura de dónde se encontraba la cabeza.**
**O quizás una actitud de hostilidad peor presentaron. En especial Bernard. Aunque en un inicio negaron recibir comida, por "ingenio" del mayor; quién jaló a un guardia hacia sí, para engullirlo de la comida, y, al ver que no estaban envenenada la aceptaron. Para realizar tal hazaña, Bernard le rompió ambas piernas al desdichado. Por lo que, cuando regresarían con la princesa, al verla en semejante estado de desnutrición y deterioro, casi faltan los gritos de ella para que no hicieran una locura. Como tomar al anfitrión, colgarlo de cabeza, romperle cada hueso del cuerpo hasta hacerlos polvo, empezando por los dedos, y luego hacer que se tragara sus pies hechos polvo; cómo sugirió Bernard. Sin embargo...** ¡Espera espera! **Interrumpe Bernard con su tono agrio, acercándose a la chica para olfatearla, sin llegar a tocarla.** ¡HIJO DE LAS MIL MIERDAS! **Ruge con furia, después de unos instantes de olerla de manera meticulosa, para salir de la habitación y azotar la puerta detrás de
