**No sería justo pelear con armas, si su adversario tampoco lo hace; así como también probaría que no las necesita para acabar con él.
Por lo que las espadas desaparecen, y, ante la ventisca, emana dos "alas" de fuego, similares a las de un fénix, y, con las mismas, tanto por el calor, como la fuerza del aleteo, corta la ventisca hacia ella, abriéndose paso cuando da un gran salto para elevarse.
Al estar al mismo nivel del contrincante, vuelve a dar otro aleteo, y, de las mismas alas se disparan saetas, puramente de fuego, en abundancia contra el hombre, contrarrestando y cortando la ventisca, con el objetivo de ensartar varias veces en el cuerpo de él, a la par de lo que, siendo fuego, le haría.**