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—Bueno... Ahm... —Estaba recapitulando todo lo ocurrido en la escuela, los insultos, las agresiones y... —Abofeteé a Maddy... —dijo de pronto, iniciando con el conteo de lo ocurrido.

—Pero ella me insultó primero... y luego yo a ella de vuelta y a Anyel. Creo que lo golpeé también... —Suspiró al final, dándose cuenta que se habían hecho cosas horribles mutuamente.

Se tomó el puente de la nariz y presionó un poco, avergonzada, arrepentida y molesta consigo misma por haber perdido los estribos.

—Oh Dios... creo que esto será difícil de resolver.—
también eran importantes para el, negó de vuelta, ya tendría que mandar un mensaje como mínimo para saber si todo seguía bien-
No te puedo decir que entenderlos, eres una persona después de todo, creo que habría sido peor si no hubieras reaccionado a nada de lo que ocurriera y pretendido que no te importaba, ¿no?

-No podría dar un consejo claro en ese tema, era complicado, no iba a decir que no pensó en lo que podría ocurrir si ella estaba ahí, la verdad era que tampoco estaba dentro de esas cosas que considerara un problema real, solo levantó los hombros-

Las personas cambian, y todo sigue, ¿no?, al final ¿No es un poco normal?, me refiero a que las personas que son importantes en tu vida continúen con su vida es una de las mejores cosas que puede ocurrir, ellos están bien, ¿tu sabías que estarías de vuelta?, ellos tampoco, solo son cosas que pasaron, aunque ahora que lo pienso no tengo idea de que fue lo que hiciste o como reaccionaste.

-Abrió sus ojos sorprendido, ahí estaba el tratando de dar consejos en un tema que quizás no le incumbía de manera directa olvidando que las otras personas implicada
-Asiente frenéticamente a la pregunta. Estaba bien, dentro de todo lo que cabía, pero por otra parte, aún estaba dolida pero justo esas palabras, sobre ponerse al día.

—Vaya que si. Más de lo que hubiera querido. —Seguía sonriendo, pero aún tenía los ojos llorosos. Suspiró profundamente para calmarse. No podía seguir llorando como una niña ni mucho menos.

Se alisó el cabello con los dedos y lo enrolló sobre el hombro. Lo sentía enredado, todo un desastre.

—Creo que me comporté como una tonta y me dejé llevar. ¿Qué debería hacer? —No solía hacer este tipo de preguntas a cualquiera, pero Erison siempre había estado ahí, en los momentos más difíciles y él siempre parecía tener las palabras correctas para todo.-
¿Estas bien?

-Ahí estaba la pregunta que pasaba por su mente en ese momento manteniendo la atención en ella, la reacción le preocupo un poco sin entender a que se referían las quejas o las palabras que había dicho, levantó una de sus manos para tratar de acomodar esos desalineados cabellos de la chica mientras volvía a negar un poco, quizás, y solo quizás comenzaba a entender que era lo que ocurría, no se lo había preguntado ni por un momento, ¿y si volvía?, ¿qué iba a pasar?, soltó una risa suave-

No veo que debieras de avisarme nada, veo que te has puesto al día, bueno, igual, bienvenida-

- ´Dijo finalmente soltando un suspiro al pensar en ello y terminó haciendo una leve negativa con su cabeza de vuelta, - espero que todo tenga un poco de sentido
´-Siguió con la cara pegada al estómago de Erison, abrazándolo mientras llora desconsolada. Balbucea quejas y reclamos, pero no se pueden entender por estar llorando.

—Y... y... y... Ya no sé porqué estoy tan enojada y triste... —fue lo único que pudo decir. La noticia de que su novio desde los trece y una de sus amigas habían iniciado una relación, le había pegado duro, pero más la forma en cómo había sido tratada, como una intrusa coqueta.

Volvió a secarse las lágrimas y se apartó completamente de su amigo. El cabello blanco estaba alborotado por su vuelo por los aires y su cara roja por el llanto.-

—Perdón por no haberte avisado que había vuelto, fue todo muy rápido, mi papá consiguió trabajo de vuelta de aquí y volvimos... —
- Ya había levantado la mano para saludarla cuando reconoció aquella imagen ante sus ojos, trato de ser amable, o más bien actuó de manera natural incluso se compuso una sonrisa en su rostro de manera automática pese a la actitud sombría de la chica, al levantar aquella mano tratando de saludar perdió un poco de vista que ella se había acercado y le tomó por sorpresa la forma en que le atrapo, ¿qué había pasado? -

Debo decir bienvenida pero parece más una tragedia.

-Admitió un poco sorprendido por todo lo que ocurría bajando la mano aún sin corresponder el abrazo pero pasándola a su hombro a manera de consolarla un poco, no tenía una sola idea de que habría ocurrido debido a que estaba en su mundo recientemente-
-Había recargado la frente en las rodillas. Era una forma de intentar protegerse del doloroso exterior. Hanary no solía ser llorona, era más bien alegre, divertida. No solía acobardarse o hacer las cosas con cuidado. Era espontánea, pero ahora, parecía la débil flama de una velita a punto de apagarse.

Cuando los pasos de alguien que se acercaba se detuvieron delante de ella, levantó la cabeza, encontrándose con la expresión confundida de Erison.

—... Erison... —Dijo con voz temblorosa mientras se seca las lágrimas y sonríe triste. —... snif... Volví... —pero al soltar esto último, se echó llorar de nuevo y lo abrazó fuerte como una niña en busca de un adulto que la consuele.-
-Siguió d largo alrededor del parque, seguía un tanto perdido en si mismo, aunque no era exactamente como sentirse solo, estaba entrenando un poco más, algo lo seguía manteniendo alerta, despierto y enfocado sin que el se diera cuenta y a decir verdad tampoco parecía un problema real. continuó aquella breve carrera hasta que finalmente algo le llamó la atención, había una figura que conocía en aquel lugar conforme se acercaba la imagen quedaba mas clara y su velocidad disminuía como si estuviera reponiéndose de ver un fantasma-
-Tras la discusión con Anyel y Maredy en la escuela, se había ido a refugiar al parque cercano. Aún se sentía mal, todo había pasado demasiado rápido desde su regreso que ni siquiera a Erison, quien había sido su mejor amigo por años antes que Anyel y el resto, le había avisado que estaba en la ciudad.

Se agazapó contra el tronco de uno de los árboles y se encogió abrazando sus rodillas para llorar a solas. Ni siquiera se percató que la noche había caído ya y todo estaba demasiado oscuro.-

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