« Back to Album · Next »
The worst nights
 
Newest First | Oldest First
¿Qué podían esperar de la persona más cursi del mundo que sin duda es Lucy? Empezó a llorar, Erick era la persona que más había amado jamás, le era doloroso estar una noche lejos de él, y ahora lo tendría todas. No le importaba nada, más que lo que tenían, y ahora era aún más especial. — Te amo.
¿Este? Para mí es quizá el tercer día. —Comentó divertido, pero se apresuró rápido en continuar sus razones antes de ser golpeado.— Primero el día en que te conocí, seguido de cuando aceptaste ser mi novia, y hoy el día que aceptas vivir conmigo, ¿Qué más puedo pedir? Me has traído felicidad, Lucy. Mi Lucy.
La emoción no le cabía en el pecho, ahora tenía un trabajo fijo y viviría con Erick. No sé podía ser más feliz, no había manera. Lo llenó de sus besos. — Probablemente sea este el día más feliz de mi vida.
—Se río por lo bajo cuando la escuchó aceptar. Vivirían juntos, ya imaginaba las horas junto a ella disfrutando de cada minuto a su lado. Cerró los ojos, tranquilo, sus manos se encargaron de acariciar cada parte de las curvas de su novia.— En ese caso; bienvenida a casa, cariño.
— ¿Me estás invitando a vivir juntos?

En su interior pegó un grito de emoción, bailó y hasta cantó, pero por fuera solo acató en dejar que siguiera besándola a como le viniera en gana, amaba que la tocara como lo hacía.

— Si es un si... acepto.
Entonces todos los fines de semana iré a verte. —Dijo depositando varios besos sobre los hombros de la rubia, atreviéndose incluso a besar su cuello.— Y si te preocupa la renta no hay problema en que te quedes conmigo. En realidad podías haberme dicho desde antes.
— Pronto podré pagar yo sola mi renta y no tiene porque decir nada más, ¿no? — se acurrucó entre sus brazos, dejandole besitos sobre el cuello. — Me contrataron fijo en un restaurante, voy a tocar todos los fines de semana.
Creí que tu papá ya no tenía problemas conmigo... —bufó un poco para luego abrazarla por la espalda, tomándole de su cintura.— Además es mejor que sepa dónde estás, si te sigues escapando así seguro te irá peor.
Papá me regañó porque duermo poco en casa. — se acostó a su lado. — pero me arrepentí, me haces mucha falta.
Sabes que no me gusta el que te vayas. Me haces demasiada falta.

Add a comment...
 
Send Comment