No sabía si su novia estaba tan despistada como para confundir los tiempos horarios, pero aún así se veía tan linda que no quería corregirla.

—Sí, me gustaría desayunar —dijo animado—, podríamos esta vez salir a algún lugar, luego volver a tu casa si gustas y terminar la tarde allí, ¿Qué opinas?

Erick con la mirada buscó el final de la reja, encontrando que a unos cuántos metros había un paso libre de esta, la arquitectura parecía momentáneamente dividir los carriles y las plazas. Pues dónde Lucy estaba era en dirección al parque, y Erick a la calle.

¡Sí! Estoy libre. —lanza un besito en dirección a Erick, aunque no podría dárselo bien por la reja, así que era lo más apto. —¿quieres desayunar en algún lugar? ¿Prefieres ir a mi casa?

No sabía que tenías a Brad Pitt de novio. —bromeó un poco para después tomar de la nariz a Lucy, apretando un poquito— ¿Hoy estás libre? Podríamos ir a algún lugar, estaba pensando en ir a almorzar. ¿Vienes conmigo?

—Negó con la cabeza, aunque ni así pudo distraer que el sonrojo en sus mejillas no se notara. — Pasaba por aquí y vi al hombre más guapo del mundo. Entonces me acerqué porque es mi novio. ~

Lo siento, no hay forma de que puedas convencerme. Tu cadena es perpetua y así se quedará. —Siguió el juego con una risita y se sujetó de los barrotes, su frente la recargó en un espacio vacío de las barras de metal, mirando en frente a su novia— ¿Me estabas siguiendo, amore mío?

—Soltó una risita, acercándose al enrejado como si estuviese presa. — Quería llamar su atención señor carcelero. ¿Ya me va a dejar salir de aquí?(?)

—De inmediato se voltea con cara de pocos amigos en búsqueda del responsable. Y cuando ve que se trata de Lucy enarca una ceja confundido.— ¿Y eso por qué?

—Le lanza una piedrita desde atrás del enrejado. —