-Su mirada no estaba para nada sincronizada con sus pensamientos, apenas tenía noción de lo que ocurría a sus alrededores, bastaba con que sus ojos detecten colores en especifico para sacarlo de aquellas cosas que lo mantenían ocupado en su mente. Su plan, sus escapes, la forma en la que debería de hablar, todo.
Se sorprendió bastante cuando fue llamado la atención, dio un pequeño saltito en el lugar a modo de susto, y rápidamente su cuerpo se torció para ver hacia atrás, para su sorpresa encontrando a quien buscaba.-
¡Endeavor! ¿Qué te pasó en el rostro? No estabas así la última vez que nos vimos... -Musitó con curiosidad mientras detallaba aquella nueva cicatriz en el rostro del más alto, se notaba su preocupación en sus ojos y más aún porque exigía una pronta respuesta.-
Estaba de turno, era la hora del día en la que recorría las calles para patrullar. intentando mantener la paz en su ciudad. Musutafu es el epicentro de los actos de villanía, el heroé salia de recuperación, tras un combate su rostro había quedado dañado desde la ultima vez que se encontró con el joven de cabello anaranjado, le observó de reojo a la distancia. decidió acercarse tras un par de segundos de un leve pensar
.- ¡Niño! - Grito desde el fondo de su pecho a sus espaldas, dejando un suave toque con su mano en su espalda - No se si eres consciente pero, mi zona esta atrás de ti.
Mantuvo su postura seria que le caracterizaba, esta vez las llamas no inundaban su rostro, era simplemente su rostro al desnudo. sin filtros ni exageraciones, aun así tenia consigo el traje expandex, característico del héroe de las llamas
-El chico, quien hacia rato había llegado a la ciudad, ya se conocía exactamente los horarios de pratrullaje de cada héroe de la zona, llevaba todo agendado en una pequeña libreta. Él, como todo delincuente juvenil, bastante inteligente y cuidadoso con sus movimientos, tenía un plan maquiavélico en mente para volver locos a aquellos defensores de la paz, pero aún no lo podía poner en marcha por una simple razón; no encontraba manera para elegir correctamente un horario sin tener algún héroe de turno cerca.
Estaba bastante frustrado al respecto, pero pese a sus intenciones, deseaba llamar la atención de alguien en puntual, a quien, en una ocasión pasada apenas pudo cruzar palabra. De momento el chico, quien se situaba sentado en una banca, observó los alrededores sin preocupación alguna, ya que no quería levantar sospechas de nadie, buscando con su mirada a ese gran sujeto portador del fuego.-
