— Hmmm... No se te da eso de hacerte la "mala"— Quitó parcialmente su puchero para solo dejar una mejilla inflada, razón por la cuál cruzó ambos brazos y se mantuvo ahí.

— No te preocupes, no le diré a nadie. Tu secreto esta a salvo conmigo... Mientras no me hagas enojar. — Imitó el gesto que su hermano acababa de realizar, aunque no duro mucho antes de soltar una carcajada. No era cómo si realmente fuera a hacer algo así.

Frunció las cejas e hizo un puchero, ese que poco se atrevía a enseñar, solo las personas más cercanas podían hacerlo y bueno, el resto de la ToMan cuando hizo su petición publica de traer de regreso a Baji. — Esas cosas no se dicen— Gruñó.

— Si no te conociera, y no supiera que duermes con una toalla fea, pensaría que eres genial. — Sonrío burlona, como era su costumbre.

— ¿Qué te pareció?— Se giró para quedar frente a ella, esbozando una amplia sonrisa a la par que empuñó sus manos para dejarlas sobre ambos costados de su cuerpo, sí, como una pose triunfal.

Y por eso no logra hacer amigos en la escuela. Pero igual le hace feliz que su hermano la defienda de ser necesario.

— A este paso le llamo: ¡Patearle el hocico a quienes molestan a mi hermana!—