@Ιzυмιησкαмι ᵏᵃⁿᵉˢᵃᵈᵃ: -disfrutaba del tacto dulce de su hombre, con aquel tenue rubor en sus mejillas al estar con ese atuendo tan revelador y provocativo, y lo mejor es que había hecho bien su trabajo, pues esa mano recorría cada curva de su cuerpo, esa mano atrevida hizo que ella misma elevara un poco sus caderas para el, mordiéndose su labio inferior y dirigiendo una mirada coqueta hacia el- fue un día lindo, fui a comprar los alimentos de la semana para prepararte algo rico, y vi este bikini y pensé que te gustaría <3 -ladeo un poco su cabeza y apartó su cabello para que su hombre pudiese besar con libertad su piel, dejando expuesta esta, y al sentir aquellos besos en su cuello, un ligero gemidito salio de su boca- y veo que si te gustó <3

─ Mi amor, que sorpresa más agradable... ─
Dijo a la vez que dejaba su portafolio sobre una de las mesas auxiliares; de la misma forma lo haría con su saco, desatando luego su corbata para estar más cómodo al momento de acercarse hasta su pareja.
─ ¿Que tal estuvo tu día de descanso mi amor? Puedo ver que has ido de compras... ─
Se arrodilla sobre la enorme alfombra para acomodarse a un lado de su pareja; sus manos de inmediato se posan sobre las caderas de la chica, acariciando con delicadeza y a la vez propio deseo, su espalda, glúteos y piernas, inclinándose solo un poco para que su boca alacance la suavidad perfumada de aquella piel tras sus hombros, donde dibujaría cortos besos, que a paso lento avanzan hasta ocupar la base de su cuello.

@Ιzυмιησкαмι ᵏᵃⁿᵉˢᵃᵈᵃ: -estaba acostadita en la alfombra de la sala, tenia frente a ella su celular para entretenerse, no tenia mucho que había salido de bañarse, y al estar en casa y su hija estar de paseo con su hermana, decidió esperar a su hombre en un atuendo un poco "especial" lo había visto en una vitrina y solo la curiosidad de como reaccionaria su hombre hizo que comprará ese mini bikini con temática oriental. Al escuchar a su hombre, sus orejitas se levantaron y se giro para verlo- cariño miooo!! <3

Luego de un arduo día de trabajo por fin estaba en casa, había vuelto unos minutos antes, debido a que el tráfico esa tarde había sido más fluido. Sin embargo, el estrés y lo agotador de su día en la oficina lo traían un poco desanimado.
─ Ya estoy en casa cielo!... ─
Dijo a la entrada, dejando sus zapatos a un costado para luego avanzar hasta la sala, y encontrarse con aquella escena tan maravillosa que lo hace olvidar todo ese malestar laboral.