-al sentir aquella lamida de su hermana, no dudo en reír un poco por las ligeras cosquillas que le hacía sentir su lengua, teniendo un muy ligero rubor en sus mejillas, sin embargo, ella misma talló un poco mas su mejilla en la de su hermana, para así, colocarse justo en el regazo de la mujer en la que confiaba, sintiéndose en verdad contenta de tenerla- y yo también soy afortunada de tener una hermana como tú, que me aconseja, me escucha, me comprende y me cuida, en serio te quiero hermanita <3

Qué afortunada soy de tenerte como hermana, un aroma tan dulce y relajante al tenerte cerca~. –Lejos de separar el rostro del ajeno, con un suave roce de la nariz sobre la tez de ella, lamió ligeramente su pómulo de forma ascendente hasta el rincón de su ojo izquierdo, casi maternal, cálido y lento al acompañar su accionar con un cerrar de sus ojos heterócromos–.