Gimoteó toda mareada y melosa buscando de regreso su golosina, ¿en dónde estaba? ¿a dónde se había ido? La encontró con un adorable hipo en un multi-universo distorsionado de Subarus ladrones.
— ¡EEH! ¡Eres injusto!
Mugió encaprichándose con él, con un mohín amenazó, otro hipo, se ruborizó cual adorable criatura protestando cándidamente.
—¡Injusto! ¡Injusto! ¡Si no me lo das voy a ir por él!
Ya era tarde, ella estaba ebria, se encaramó tanto al sustractor que en cámara lenta le empujó cayendo encima con todo su cuerpecito pequeño, vaporoso y fragante revoloteando ese aroma a violetas empapadas de seductor almíbar. [/code]