— No tienes que agradecerme, solo dije la verdad.-
Y él bien orgulloso de hacerlo, de hecho se le notó con esa sonrisita bien pícara.

Gracias, me alaga mucho que un desconocido me diga tal cosa. -Digamoa que alimenta su hermosa vanidad.-

— Sí. El tono de tu piel, tu cabello la estrellas que se pueden observar en ti a tiempo real, y lo poco de personalidad que he visto hasta ahora, es algo que me parece mágico porque creo que es sincero en ti.-

¿acabas de decirme que mi presencia te parece mágica? -Acaba de caer en eso.-

— Sí, así es.-

¿Que uso magia?

— Lo sé, la mayoría son guerreros y grandes luchadores aunque no lo parezcan. Pero al menos por los años de experiencia que tengo, estoy seguro de que tú esas magia. Tu presencia de cierta forma ya lo es y no por ser un elfo.-

No todos los elfos son magos. Y todos solo manejan un Arcanum. -A excepción de él que usó magia negra para obtenerlos todos.-

— Bueno, estoy seguro que aunque me enseñases magia no podría hacer ni la mitad de cosas que haces tú.-
Porque es inferior en tema de poderes con él.
— Aunque, para aprender la teoría sería bueno. Pero, no era esa enseñanza a la que me refería, sino sobre la persona en si.-

No. Bueno, enseñé cosas de la vida pero jamás magia o cosas elaboradas.