Su mirada viajó hacia el menor, al verle se sorprendió y volvió a esconder su rostro mientras suspiró pesado para luego decir unas palabras que salieron como un murmullo.
-gracias por estar aquí.
Tal vez después de esas palabras él se iría o quién sabe, simplemente se mantuvo quieta escuchando todo a su alrededor mientras pensaba en qué hacer.

Se acercó paulatinamente, sin deseos de ser abrupto en su presencia, aunque no fuera esperado se conformaría con ser una compañía de apoyo en silencio. Lo que menos deseaba era la aflicción femenil, si fuera por el haría de todo para recuperar esa inigualable sonrisa.

Sabía que alguien aún estaba a su lado hasta que éste decidió hablar aunque sonrió un poco al saber que era Sebastian, era a quien menos esperaba, solo asintió con la cabeza aunque tal vez no le haya visto hacer aquel gesto, no tenía planeado irse pronto por lo que pensó que el mayordomo se aburriría de esperarle y se iría.

—. Solo se mantuvo en silencio, para evitar molestarla, aun pensando si hacerle compañía o solo esperarla cerca. Con suave voz decide hablarle — la esperaré cerca señorita — da una leve reverencia, para marcharse —

al sentir algo sobre su espalda el cual le cubría, no hizo ni el más mínimo movimiento, ni miró a quien al parecer le siguió, no quería que nadie le viese en ese preciso momento.

Sin decir nada o hacer ruido molesto, llego donde ella, dejándole una manta por encima de su espalda, mientras se queda a su lado. —