- La mañana transcurría sin ninguna eventualidad, las calles estaban vacias pues el calor alejaba a las personas peor aún que una tormenta, en algunos patios traseros el sonido armonioso de la música de algunas reuniones rompía el silencio

Cualquiera que viera al caballero caminar por la calle se había preocupado por su salud y un inminente golpe de calor debido a sus ropas.

En uno de los jardines, atendiendo las labores del medio día estaba la rubia, hasta ahora se encargaba solamente de mantener con vida sus flores por lo que la presencia masculina que cruzaba la calle paso desapercibida para ella-

**El día transcurría sin mayor inconveniente en la nubladas tierras de Inglaterra, según informes de meteorología habían pronosticado un día despejado; pero una vez más se habían equivocado pues además de la bruma en las calles londinenses una ola de calor azotaba aquella próspera nación volviendo el salir incluso a las tiendas toda una aventura.

Muchos aprovecharon para hacer actividades al aire libre. Mas no todos buscaban armonizar con el ambiente, fue entonces que la gallarda silueta de un caballero recorría las transitadas calles, vistiendo un elegante traje y abrigo sobrepuesto en sus hombros; mientras se deleitaba con el sabor de un cigarrillo entre sus labios.**