Suspiró. No en forma de dejarse vencer ni mucho menos darle la razón a él, pero seguiría puntualizando en lo mismo.
— Jōseph, no perderé mi tiempo con alguien que no quiere tomar enserio el arte del Hamon. Que tampoco comprende lo apresurado que va el tiempo y prefiere una actitud huraña antes que aceptar la realidad— Fue todo, así se retiró de la escena dándole la espalda al menor para no dejar a la vista ese pequeño sentimiento de preocupación.
[code]Le molestaba tanto que actuara de esa manera, que cruzara la linea y en lugar de parecer su maestra, sonara como una madre molesta, ni siquiera la abuela Erina llegaba a ser tan irritante ni pesada con él.
—Yo tengo mis propios tiempos para hacer las cosas, si no lo quiero hacer, no lo voy a hacer — Sentenció con un tono de voz que mostraba un tanto la irritación del momento, para tratar de relajarse volvió a sus papas, tomando una a una con sus dedos.[/code]
Frunció el ceño, realmente le molestaba que fuera tan despreocupado pues tenía pocos días para controlar el arte del Hamon antes de que se disolvieran los anillos que le insertaron en su cuerpo.
— Jōseph Jōestar, te recuerdo que el tiempo es el aliado más valioso de un guerrero y que la perdida de éste frustra tu camino en el control y arte del Hamon—
