Es tomada en brazos por su amado Rey, quien ahora ha tomado su forma de dragón y sobre vuela sobre el lago, ella se afianza firmemente al cuello de la creatura mientras descienden y finalmente le acaricia su rostro y deposita un beso en los labios del Basilio.
- Te ame, y por siempre te amare, una y mil veces, con los días, encontraré una manera de enamorarte nuevamente, Elena.. Señora mia, no merece mi cabeza la corona que tus manos colocan a diario, quien es el Basilio para merecer tu amor ?, Mi alma dará, no por pago, por felicidad propia y plenitud, mi alma dará el amor que le queda a su majestad . Mi reina Elena .-
" El Basilio tomó en brazos a la mujer y en un movimiento inesperado se lanzó por el precipicio del palacio, sus alas extendieron y opacaron el sol que vive en tierra Basiliana, el Dragón desciende y sobrevuela el lago, de nombre Hagata, es un paraíso azulado frente a la Gran muralla de la fortaleza Basil, en medio lago el varón se detuvo, y posando sus pies en el agua sus alas se retraen .
Cierra sus ojos disfrutando de sus caricias y del tenerlo de nuevo en casa, de nuevo con ella, ya que es verdad lo que dice que siempre sin importar a donde vaya, siempre regresa a sus brazos, permanece en silencio, su alma se siente en paz al verlo a salvo, de sentir su calor y en ese momento no pudo evitar sonreir.
" El Basilio con delicado tacto de su diestra acaricia las mejillas de su esposa, le observa a los ojos, Zet es una criatura difícil, orgulloso y soberbio, pero si algo tiene claro el Basilio, él daría toda su sangre por su Reina, su esposa Elena, daba el varón un beso sobre la frente de la mujer, le abrazaba con mucho cariño, le encantaba sentirla en sus brazos, ver a la reina de las Basilias cómo una niña indefensa es un privilegio que solo Zet puede darse, y aunque no se quisiera aceptar Elena es por mucho más poderosa que el mismo Rey Basilio, y eso no cambia su dulce corazón, Zet no conoce mujer en su vida cuya devoción sea semejante, entre muchas es razón de ser su amada .
- No te mentire, cuando salgo veo muchas cosas y me entretengo con mucho de lo que veo, pero tú eres mi amor, mi hogar, Señora mia yo soy tuyo y de nadie más .
Eso sí que no se lo esperaba, sabía bien de quien se había enamorado, un hombre maravilloso, formidable guerrero y un monarca ejemplar, pero con un gran orgullo el cual hacía difícil hacerlo entrar en razón aun cuando las acciones del dragón no lo defendieran, incluso estaba preparada para una larga discusión para hacerle entender que estuvo a punto de mandar todo un escuadrón encabezados por su persona para irlo a buscar, porque estaba preocupada por él, pero el hecho de que esta vez le diera la razón tan rápido la ha dejado sorprendida, ya no se nota más tensa o disgustada, ya empezaba a relajarse, al fin lo mira, con una expresión de curiosidad y luego suspira para por ultimo dejar recargado su cuerpo sobre el contrario y su rostro lo acomoda en el hombro del varón, ya un poco más tranquila, suspira un poco y dice en un tono algo bajo...
- Te amo mucho y no te imaginas lo sola que me siento cuando no estás...solo estaba algo preocupada...
" El Basilio acaricia a la mujer frotando su cabeza con los hermosos cabellos dorados de la Reina, mezclando sus aromas en uno solo, el Basilio le gruñe, busca como morder su oreja, persuadir su molestia, sin embargo al escuchar las palabras de la Reina el varón se detiene, palabras pocas, pero el tono de su voz dice demasiado, Zet la cargo en sus brazos al tomarla con firmeza, la cargo y él se sentó sobre la baranda.
- No volveré a dejar Basilia, no me alejaré del castillo Basil.. no si no fuece necesario, y si he de salir la reina irá con migo, los viajes en solitario se acabaron .
Estaba cansada, lo amaba, pero estaba cansada de esas noches donde dejaba la cama vacía, que desaparecía por tiempo indefinido sin la menor explicación y luego le recibía con los brazos abiertos por ese amor que le tiene, nunca le ha reclamado nada, pero las cosas han cambiado.
-Usted sabe que si...siempre que se va, le hecho mucho de menos..
Añora sus caricias, su calor, pero siente que, si no le empieza a poner en claro que le duele su actitud, entonces seguirá haciendo eso y solo la lastimará más, por lo que simplemente cierra sus ojos, y trata de que su cuerpo no la traicione, puesto que empieza a estremecerse al sentir aquél cálido abrazo por parte de su esposo, pero intenta discimularlo y mantener una actitud distante y fría.
" El Basilio observa de reojo las acciones de la Reina, ella nisiquiera dirige su mirada sobre él, esas indiferencia fue como un disparo que atraviesa el corazón del varón, de pie el Basilio sube los escalones y se acerca a la reina, rodea la cintura de la Reina con sus brazos por la espalda y le abraza .
Se encontraba sentada sobre el barandal de la terraza del palacio imperial, con su armadura de guerra que le hacía resaltar aún más su belleza.
Aun cuando escucha llegar a su esposo, ella mantiene la mirada fija sobre el horizonte, una expresión sería y carente de emoción, como si la llegada de su amado no le produjera la menor emoción.
- Que bueno que has vuelto -
Expresa pero sin siquiera dirigir su mirada hacia él, era claro que estaba molesta..
" El palacio imperial de las damas de Basil se ha pintado de tréboles rojos que hoy florean con gran belleza, fue Zet el Rey al palacio en busca de su esposa, subiendo por el pasillo detiene su camino al observar a la joya más preciada de la corona Basilia, las orejas del Dragón retroceden un poco, le inquietó observar a la mujer vistiendo una armadura imperial, se imagino por un segundo que estaría en problemas por desaparecer por tanto tiempo, cómo es costumbre en su descaro el varón Basilio se presenta como si nada hubiese pasado después de mucho de ausencia .
- Mi señora .
" El Basilio viste su armadura imperial, una capa gris cubre su espalda, el varón se inclina con el puño de su diestra sobre el suelo ofreciendo reverencia .
