Ekaterina is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
❝ Katya « ℰᴋᴀᴛᴇʀɪɴᴀ ┊ ᴘᴜʀᴏ/ɪɴᴍᴀᴄᴜʟᴀᴅᴏ » ᴘᴏᴛᴇsᴛᴀᴅ ᴄᴇʟᴇsᴛɪᴀʟ. ❞ « ᴅᴇᴛᴇᴄᴛɪᴠᴇ » [ /Engel ]
About Me
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This user is not accepting Whiteboard comments.
AleisterMayfield · 26-30, M
Tras el murmuro casi cándida brisa con que la figura femenina se presentaba, una fugaz voz ajena se propuso interponerse con una pasmada imitación.
«Ángel», se escuchó desde la superficial oscuridad que los rodeaba; pero nada se veía. Dejó consigo un extraño silencio por unos segundos, hasta que…

[b][center]«¡Äň… jheł…!».[/center][/b]

Se dijo una vez más. Un tono abrumador y apenas comprensible, de intensidad y articulación erráticas, y un timbre desajustado que emitía una calcinante cacofonía. Retumbó todavía en los sentidos del joven e invocó una fatiga intensa. Aleister se bregaría por permanecer de pie, y volvió la mirada a su recién conocida, tan solo para advertir que su imagen era eclipsada por una lóbrega neblina que los separaba.

«¡…!». Habría intentado decir algo, pero no lograba emitir sonido alguno, ¿o es que de verdad no había dicho nada?, ¿o es qué solo lo había pensado?, ¿qué estaba pasando? Así continuó hasta verse verdaderamente agotado, y desmayándose…
De pronto, regresó en sí. Era un espacio hosco y vacío con grietas a patrones indefinibles como si de una cargazón de nubes se tratase.

[center][media=https://www.youtube.com/watch?v=X4Wn4cyfdt8&list=PL1muB85JLGI-NncsBwBoh-rySF1D04Vnw][/center]

Caminó por unos instantes sin horizonte, hasta que algo no le permitió continuar; entonces, subió la mirada. Las grietas comenzaron a abrirse escurriendo de sí una sustancia traslúcida brillante —¿era eso lágrimas?— y de las brechas se advertía un blanco vacío, en el que se acomodaron sendos iris. Eran inacabables. Tan próximos. Tan cerca. Como si estuvieran a punto de estrellarse.
—…
Junto a una respiración acelerada (o tal vez por causa de esta), despertó con una intentada sobriedad. Yaciendo al pie de un castillo lateral de una blanquecina iglesia, aturdido aún, «¿Fue… fue ese un sueño?» dubitativo se preguntó.