¿Por qué el aire de las hojas sobre los arboles sonaba como el respirar humano?
Fue instantáneo su apunte contra los alrededores, sin embargo nadie hizo aparición; no fue lo mismo para la adrenalina que empezó a correr por su torrente. ¿Estaba imaginando cosas?
—Agente Svartur, responda —Esas mismas formas le recordaban demasiado a unas instalaciones en particular…
Cuarta, si hay contacto enemigo, estarse sobre las sombras; si el enemigo les localizaba.
Camino sobre los arbustos junto a su linterna hasta volcar sobre esa señal de ayuda, que para su sorpresa tenía una planicie muy exacta sobre el centro, fácil de reconocer. Nada cerca de los arboles le avisaba de una batalla, ni siquiera de una trampa, algo raro estaba sucediendo. Sus pisadas por fin llegaron al punto de encuentro para cuando —sobre el piso—, aquella chica reposaba recargada sobre uno de los árboles. Algo le había dicho Padre de las actitudes extrañas de la chica pero eso no llevo a diferenciarla de un soldado normal, acercando sus manos y tocando su mano para reconocer su pulso, estaba viva. Este había tenido pequeñas franjas de contacto cuando estaba sobre el helicóptero, ¿cuánto tiempo pasó desde la caída?
—Agente Svartur… —Seguía teniendo cortos mareos después de tal golpe—. ¿Puedes oírme…?
No obstante, seguía siendo esto una situación comprometedora… ¿No ella había estado con un equipo también?
El sentido izquierdo se llenó de un líquido rojo, había tenido una herida sobre su frente, incluido esto con varios raspones sobre su cuerpo. Tenía suerte, de haber saltado de manera inmediata cuando el helicóptero fue derribado, y el tener un paracaídas disponible. Desabrochó su mochila para liberar su cuerpo del peso extra hasta levantar su peso y recoger el arma dada; para su desgracia, las comunicaciones con el mando de Padre estaban caídas.
Segunda orden, encontrar supervivientes.
Ellos tenían que encontrarse con un equipo al que se había enviado hace tiempo. Después de la desaparición desconocida de tantos humanos con lo que declaro fue “El Cuarto Nacimiento”, este equipo lograba darle mucha importancia a Padre, en especial de esa chica que debía traer a casa. Agente “Svartur”. Estaban demasiado cerca del punto de encuentro que habían previsto, solo tuvo que girar su rostro para reconocer el punto. Una bengala roja.
Había sido expulsado del helicóptero de despliegue mientras este chocaba contra el bosque. ¿Había una razón? No recordaba bien… Un choque sobre el blindaje, un descontrol y una caída instantánea. La información ya se había dado, ese lugar debería ser seguro. Recortó el ambiente con su mirada y alejó su cuerpo del fuego, se encontraba seguro, sin embargo la suerte no recorría para el compañero a su lado, empalado tan brocheta mientras su piel era incinerada por las llamas, parecía haber sufrido mucho antes de morir; eso incluido todo su escuadrón al comando. Debajo de su cuerpo, un arma parecida a un P90 reflejaba el calor.
Primera orden en caso de evento imprevisto desconocido, asegurar el perímetro.
111º Fahrenheit, el dolor ardiente del sedar de su piel daba roces con el dolor, el estado donde la piel humana empieza a recibir la molestia del actuar natural sobre el carbono; aumento, como huracán en el océano la temperatura inicio su estado de llama, 118, 131, 140, 162, 212… Esos números volvieron en su cabeza como un reloj descompuesto, reiniciando el proceso del pensamiento tal como si se tratase de una máquina, un ser que habría sido creado para la opción del despliegue sobre las fauces. Mantenía su pensamiento estable, sus números recorrieron como cuerdas flojas hasta que su tacto volvió a las realidades, el cerebro humano reconecto sus nervios y así su cuerpo acerco el toque del dolor que producía ese calor, por suerte no era suficiente para llegar al grado uno. La luz pulverizó sus ojos para cuando atravesó sus retinas después del corrido de sus parpados, ya tenía sentido su estado.
