He pensado por mucho tiempo, que no hay mal sabor, algunos son más exquisitos que otros, pero simplemente es ¿carne? —Tampoco usaba sus palabras como convencimiento para él, simplemente era su manera tan natural de ver y sentir todo. Suspiró hondo y optó por buscar la cercanía junto a él, avanzando con parsimonia hasta ponerse en un costado y sentarse de rodillas a su lado.— tampoco tengo prisa... no es mi propósito el querer hostigarte.

—... —Cada día, peores sus declaraciones ante el hombre. No pensaba que fueran enserio, la necesidad de alimentarse de una deformidad; incluso así tenía sus razones para evitar ser devorado por alguien así. —No me digas que te has quedado sin carne... ¿No crees que hay personas más "apetecibles"? Ya deberías saber lo que soy.

Podría buscar alguna razón para hacerlo, el comerte obvio. — Se alzó de hombros.— pero, me permito tener una excusa para no cometer ese crimen, no todavía, necesitaría tenerte bien despierto, porque sería más placentero el detallar de tu expresión.

—No se trata de seguridad; además, solo trataba de relajarme. —Preguntarse como llego ahí sería inútil, la verdad. Esa mujer siempre lograba ser escurridiza incluso para su percepción. Abrió sus ojos solo para observarla desde ahí. — ¿Necesitas razones? ¿Hoy no has comido?

¿Te preocupa tu seguridad?, eso no importa, ya estoy aquí. Además, es relajante verte, sigue con lo que haces, mientras yo busco razones para no devorarte. — Se quedó distante de él, sonriendo a medias mientras le observaba.—

—¿...Solo por eso me tendrías piedad? Además, ¿cómo entraste aquí? Creí que todo estaba asegurado.

¿Estás seguro?, tal vez cocido sí, el calor es un buen elemento para las bacterias. Aunque me daría pena por ese lindo rostro.

—Te dará indigestión, no tengo buen sabor.

Si no se mueve, me lo comeré.