Arqueó una ceja, pensando que si decía que si lo creía tan tonto quizás sería un insulto para el heredero, y un movimiento político muy poco inteligente.

No había que ser un genio para notar que Claude era un hombre realmente apuesto. Su exótica apariencia y sonrisa afable brindaban cierto aire de confianza. Pero sus ojos... Edelgard jamás había podido descubrir qué era lo que había en ellos que le hacía dudar tanto. Quizás esa clara mirada que parecía ser capaz de ver a través de su alma, de leerla y predecir sus movimientos, 'maneras aburridas y predecibles de reinar' él decía, Pero en realidad se trataba de eso o simplemente Claude era más listo de lo que ella misma estaba dispuesta a aceptar.

—Siempre un paso adelante, Claude.— Decidió disipar sus pensamientos y alzó la mano. Sus dedos delgados se posaron sobre la palma del joven, pero sus pupilas amatista no dejaban de tratar de descifrar las de él.

— ¡Edelgard por favor! Si fuera así, medio Garreg Mach no estaría aquí. ¿Acaso me crees tan tonto? —
Entrecerró los ojos, demostrando con esto lo sincero la sinceridad en sus palabras.
— Claro, pero como caballero que soy, en el momento que cambie la situación, seré el primero en decírtelo directamente, ¿Está bien? —
Le ofreció la mano derecha para demostrar la confianza que tenia en ella sin cambiar su mirar serio.

Se cruzó de brazos, ahí estaba nuevamente tomando esa actitud despreocupada, pero algo había visto en sus ojos momentos antes. —Pienso que lo más inteligente de mi parte sería precisamente no confiar en eso.— Su rostro se tornó un tanto más serio. —Aunque por ahora compartamos el mismo propósito no significa que será siempre de ese modo.— Por si acaso, le diría a Hubert que preparara su té cuando tuviese que compartir la mesa con Claude.

— ¡Hahahaha! Y asi es como debe de ser, heredera del imperio. —
Arqueó una ceja y se cruzó de brazos, confianzudo. No le agradaba mucho mostrar su lado oculto, sin embargo lo hacia con tal de defenderse.
— ¡Tranquila! No soy de ir por la vida asesinando gente, puedes confiar en eso. —
Sonrió ladino, ocultando algo, como siempre.

Aquélla respuesta le había dicho dos cosas. La primera, le confirmó que Claude no era tan torpe como quería que todos creyeran, y la segunda, estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario con tal de mantener sus ideales y su nación a salvo. Subestimarlo podría ser un error grave en el futuro. —No esperaba menos del heredero de la casa Riegan.— Asintió, sonriendo ladina. —Deberé cuidar mi espalda con más cautela en adelante, entonces.

Bajó su mirada hacia ella, manteniendo su gesto tranquilo ante ella.
— No me retes, Edelgard. Defenderé la Alianza a mi manera, de ser necesario. —

Arqueó una ceja. —¿Serías capaz de envenenar mi comida, Claude?— Y se acercó a él, aunque era mucho más bajita, sus pupilas amatista eran intimidantes.

— ¡No me obligues a envenenar tu comida, Edelgard! Deja que la Alianza se mantenga como hasta ahora. —

—La Alianza caerá, Claude. ¡Ríndete o no habrá piedad!

— ¡NUNCA! — Es libre como el viento [?]