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Caminó junto a Dimitri detrás de la maestra y a pesar de su estoica personalidad, el rostro de Edelgard era incapaz de ocultar la preocupación que sentía por ella. ¿No eran demasiado frecuentes esos dolores de cabeza?... De reojo miró al príncipe antes de que la antigua mercenaria le cediera el paso al interior de la habitación. Quizás podría hablar con él al respecto cuando ella durmiera. —Solo es una idea, pero, Petra podría preparar algo para ayudarte a dormir mejor. He sabido que en Brigid tienen numerosas e interesantes recetas con plantas medicinales.
 
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BylethEisner1570052 · 31-35, F
Eran sin duda firmes en sus decisiones y por eso es que le resultaba imposible negar sus peticiones una vez que se les metía en la cabeza una idea. Respiró profundamente y retrocedió hasta tomar asiento en la cama apoyando amba manos sobre sus piernas. — Estaré bien, Edelgard. — dolía, una punzada nuevamente la hizo cerrar sus ojos por un momento. No quería tés ni nada por el estilo, consideraba que sería más que suficiente descansar. —Dimitri, Edelgard. Pueden ir a sus dormitorios, si algo sucede llamaré a la Profesora Manuela para que me asista.
 
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