Ébano estaba parado fuera del auto en el que esperaba a su hermano. Jugueteaba nervioso con el sobre donde su asiste te había puesto los boletos para el teatro a la espera de que su novio saliera y pudieran irse.
Yo aún tengo hambre pero no sé tú, si prefieres podemos ir a otro lugar, tú sabes que yo haré lo que tú quieras.
[Le sonríe sin despegarse de él y deja un beso en su cuello. Acaricia la línea de su cuello con su nariz llenándose los pulmones con el aroma de su novio y atesorando todo aquello en su corazón.]
Entiendo... tengo otra forma también, sólo que es peligroso tomarla...
*Musita como respuesta al relato de su hermano; sin embargo, al verlo entrar entre el sueño y la vigilia, mientras se mantiene entre sus brazos, acerca sus labios al oído ajeno para susurrar.*
¿Aún deseas ir al restaurante, o prefieres que desviemos a otro lugar...? ~
Tal vez, aunque no lo quise intentar de nuevo en parte por lo que ya te platiqué pero también porque padre dijo que nosotros nunca jugamos con nuestra apariencia a menos que sea necesario...
[Se sentía tan tranquilo en sus brazos y sus caricias lo llenaban de tanta...¿paz?, que no dudó en cerrar los ojos y dejarse ir en una especie de duerme vela en la que no estaba completamente dormido pero tampoco completamente despierto pero el hecho de estar así, en los brazos del hombre al que más amaba, le había devuelvo algo que creyó perdido, su capacidad de sorprenderse pero sobre todo, la capacidad de amar.]
Quizá tengas que canalizar tu energía cuando lo haces... ~ *Afirma suavemente mientras observa como se va durmiendo con las caricias y sólo sonríe levemente. Quizá tenga que ordenar al conductor que los lleven de vuelta a casa.*
Cuando era pequeño podía adoptar la forma que yo quisiera pero dejé de hacerlo cuando un día no lograba volver a mi forma y padre me tuvo que ayudar...fue humillante. [Por algún motivo que le era imposible de entender aquellas suaves caricias provocaron que empezara a dormitar.]
Sin duda serías un gatito muy hermoso. ~ *Comenta regocijado, disfrutando del contacto con su pareja y otorgándole caricias entre los cabellos y el rostro.*
Si fuera un gato, ronronearía jajajaja. [Se rió por lo bajo ante lo absurdo de su propio comentario pero se arrebujó entre los fuertes brazos de su novio buscando un poco de calor.]
Los humanos viven asustados. ~ *Repone el esparvus, sostenimiento de la cintura a su hermano, cuando se sienta en su regazo y le brinda levemente caricias a su mentón.*
