Descuida. -Palmea su hombro con su mano derecha, para luego irse de allí en silencio.

-Se ruborizó al instante, apartándose de él.- Perdón, no volverá a pasar.

Oh... -Le tomó de sorpresa ese gesto por parte de la joven maestra de Artes, quedándose paralizado por unos segundos. Él nunca le permitía a nadie que se acercara de esa forma. Pero, no queria faltarle al respeto a la rubia, por lo que tuvo que aguantar esa peligrosa cercanía de su parte. -No pasa nada. Pasó hace años...Él estará siempre en mi memoria.

-Abrió la boca en forma de sorpresa al ver que él se reía.- No mientas, te burlabas de mi inocencia. -Y tras decir aquello sonrió hacia su colega, casi inmediatamente su sonrisa se fue apagando y mordió el interior de su mejilla. Debía admitir que era sentimental y en un gesto casi inconsciente, se acercó al profesor y rodeó su torso con los abrazos en un abrazo un poco torpe.- Todo pasa...

... -El mayor no pudo evitar reir ante la reacción de la rubia, guardando la cinta métrica en uno de sus bolsillos. - Perdona por reir...Es que tu reacción me hizo recordar a alguien que fue muy especial para mi hace unos años. -Dijo, con la mirada perdida.

¡No! No me vas a medir nada, Edwin. -Señaló hacia él con el índice en forma de advertencia.- En serio, no.

Mediré tus caderas. Si las medidas de ellas están por encima de la media, entonces eres caderona. Si no, pues no lo eres. -Respondió con seriedad, extendiendo la cinta métrica. -Quédate quieta.

No, realmente no. -Al ver que buscaba algo empezó a retroceder de donde estaba.- ¿Qué hace?

¿No? Veamos... -Busca una cinta métrica.

Pero que... Pe-pero no estoy caderona. (?)