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No hace mucho que apenas comienza a acostumbrarse a las reverencias, las adulaciones, las cortesías hacia él; cuando antes no recibía más que insultos, vejaciones y opiniones despectivas, a lo que sería 'un bastardo'

¡Qué fácil es que el resto cambie de "parecer" con un simple título!
Podría acostumbrarse a ello, aunque, en esos momentos algo más es su objetivo.
Viendo con cierto deleite como el chico se ponía nervioso y un tanto incómodo, ya estando tan cerca de él, es que con su índice levanta la barbilla del mismo, para hacer que lo mirase a los ojos.

-Pregunté tu nombre...

Apremia saber con una calma que, aunque serena, en la misma hay cierto tono imperativo y amedrentador.
Por alguna razón le provoca curiosidad saber el nombre de su futura víctima de interrogatorio, antes de decidir, si tiene o no que ver en algo con sus enemigos.
E1581011 · 18-21, M
La aparición repentina del príncipe, o al menos alguien que afirmaba serlo, tomó a Eugeo completamente desprevenido. Nunca había tenido la oportunidad de interactuar con la nobleza antes, y mucho menos con un príncipe. La acusación de descortesía lo hizo sentir algo incómodo, pero su innata amabilidad lo mantuvo a raya.

Por un momento, Eugeo se quedó sin palabras, su mano aún apuntando en la dirección de la taberna, antes de bajarla lentamente. Se mordió el labio inferior, la confusión cruzando su rostro por un instante. Sin embargo, decidió seguir la corriente, decidido a mantener su amabilidad.

Mi disculpa, su alteza —dijo, haciendo una pequeña reverencia. La formalidad de su tono era algo forzada, pero esperaba que fuera suficiente para aplacar al príncipe—. No quise ofender. Por supuesto, puedo escoltarlo hasta allá.
(...)
sus facciones.

-Nombre-. Exige saber con voz imperativa el azabache.
Cuando el chico le da las indicaciones de como llegar al lugar, bien podría tomarlas y seguir su camino, hasta que se percata de los rasgos del muchacho. Muy parecidos a los de un arfirus...
Sin embargo, no es uno de ellos, o ya estaría reaccionando con pánico o violencia antes su llegada. Aunque...

-Se esperaría que un mozo como tú no cometiese tal descortesía ante un príncipe. El sólo indicarme como llegar, es una insolencia y no escoltarme allá mismo.

Si bien, en ocasiones llega a ser tedioso para él el título recién adquirido, le beneficia en otras cosas, más cuando quiere usar alguna situación del mismo a su favor. En ésa ocasión, le parece un buen momento para ello.

Notando el nerviosismo del muchacho, aunque este lo trate de ocultar; el azabache se acerca a él, y deteniéndose a una distancia un tanto, "trasgresora" para tratarse de un desconocido; ladea la cabeza, observando detenidamente

(...)
E1581011 · 18-21, M
Eugeo giró al oír la voz, su mirada aterrizando sobre la figura alta y de aspecto fuerte. Estaba claro que el hombre frente a él era un hombre experimentado, lo que hizo que Eugeo se sintiera un poco más nervioso. Aun así, se las arregló para mantener una expresión amigable, a pesar de su sorpresa inicial.

Ah, hola —respondió, una sonrisa educada en su rostro mientras sostenía el ramo de flores con un poco más de firmeza—. Creo que la taberna más cercana está a unas pocas calles de aquí. Sigue este camino y luego gira a la derecha en la tercera intersección. Deberías verla justo al final de esa calle.

Al explicar las direcciones, Eugeo señaló con la mano libre hacia la dirección que había indicado, esperando que el desconocido entendiera. Aunque era bastante tímido, se había tomado el tiempo para familiarizarse con las ubicaciones básicas.

Espero que eso te ayude —dijo, su tono todavía amigable.
-¡Oye tú! El de las flores... ¿dónde puedo encontrar una taberna?

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