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Mostima · 26-30, F
Oh no.
Sabia exactamente lo que eso significaba. Pero ni siquiera ella con el gran poder que poseía en sus reliquias, con toda su insolencia ni orgullo se atrevía a contradecir a Emperor. Y su patético intento por que le diera la razón resultó un fracaso. —No, jefe.— Le respondió entre dientes, y se agachó lentamente a su indicacion, sus ojos ya entrecerrados.
Sabia exactamente lo que eso significaba. Pero ni siquiera ella con el gran poder que poseía en sus reliquias, con toda su insolencia ni orgullo se atrevía a contradecir a Emperor. Y su patético intento por que le diera la razón resultó un fracaso. —No, jefe.— Le respondió entre dientes, y se agachó lentamente a su indicacion, sus ojos ya entrecerrados.
E1572500 · 31-35, M
De un salto bajo de la silla y camino hasta colocarse frente a Mostima, levanto la cabeza para mirarla, la diferencia de estaturas era sin duda enorme pero eso no le impedía ser temido por el poder que tenía en el mundo de la mafia, solo un estúpido se atrevería a tocarlo o cuestionarlo. — ¿Me importa si se llevan bien o no?...— Hizo una seña con su aleta para que Mostima se agachara y acercara, cómo si fuera a decirle un secreto. —
Mostima · 26-30, F
Dio un paso hacia atrás al ver el cristal estrellarse contra el suelo. El vino manchó sus botas, en realidad habían desatado la ira de Emperor y eso no podía traer nada bueno, pero sabia no había manera de disculparse con ese pingüino, el error de ambas le había costado.
—Jefe... sabes que Texas y yo no nos llevamos bien, tenemos...— pensó un poco lo que iba a decir. —Afrentas personales. Y tú mejor que nadie sabes de afrentas. Puedo trabajar sola, Texas es poco menos que una molestia incluso para mis métodos... ni siquiera se por qué la contrataste. ¿Qué tiene de especial una hija no deseada de la mafia de Siracusa?
—Jefe... sabes que Texas y yo no nos llevamos bien, tenemos...— pensó un poco lo que iba a decir. —Afrentas personales. Y tú mejor que nadie sabes de afrentas. Puedo trabajar sola, Texas es poco menos que una molestia incluso para mis métodos... ni siquiera se por qué la contrataste. ¿Qué tiene de especial una hija no deseada de la mafia de Siracusa?
E1572500 · 31-35, M
Arrojó la copa a los pies de Mostima y se puso de pie en aquel asiento en dónde descansaba anteriormente y la señaló con la aleta. — ¡No puedo aceptar esa clase de defensa y Texas ha tenido ya una charla totalmente sería conmigo! Así que van a arreglar esto, van a ir a una misión juntas y juro que si llegan a fallar nuevamente, voy a asegurarme de que no reciban ni un solo centavo hasta que paguen lo que me han hecho perder por sus juegos de niñas!
Mostima · 26-30, F
Llevó ambas manos a la chamarra, escuchando aquel sermón como niña regañada. Emperor si que podía tener mal carácter. —¿No me ofreces una cerveza al menos? Recién he llegado de un largo viaje.— Dijo con una pesadez bastante falsa, exhalando después un suspiro. —Admito que me dejé llevar, jefe. Pero en mi defensa, Texas mostró los colmillos primero.
E1572500 · 31-35, M
Bebió de su copa dando paso a un inquietante silencio hasta que por fin el jefe decidió hablar. — ¿Tienen idea tu y Texas de las cantidades que me hacen perder por sus estupideces?...— molesto, vaya que estaba molesto, conocía bien el poder que Mostima poseía, aún así sabía bien que la locura se encargaría de arrastrarla a la perdición así que no se preocupaba por lo que pudiera o no hacer con lock and key, mientras fueran de utilidad. — ¡Tenían un trabajo y encima te apareces meses después! —
Mostima · 26-30, F
—Ehm. ¿Me buscaba, jefe?— Llegó como tres meses después de haber sido llamada.
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