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֎ [code]El perfil estará sujeto a cambios en caso de ver conveniente para la historia.[/code]



Nació en el pueblecillo de Malula, bajo la dictadura de la Tierra de Nadie, el Inoren Lurra. Las historias de cómo partió desde la costa nadie las sabe, nunca quiso relatarlas ni, por tanto, revivirlas. Las vagas menciones de su pueblo decadente eran lo único que pudieran ser la prueba de una realidad surrealista, como el abrazo opresivo de un poder digno de una paranoia.

Solo como convicta fue memorable, como la refugiada en la otra orilla. Muchas cosas se sucedieron desde entonces, que la tendrían retenida los próximos diez años. Bajo el arco de los treinta, Emilia había dejado de saber cómo vivir en un país extranjero en el que nada más inmigró ilegalmente, sería apresada por una decisión mal meditada. Solo la buena gente la elevó hasta ser la recepcionista de un humilde negocio de supermercado dirigido por unos compatriotas refugiados.

El peso del tatuaje sobre su escápula junto la consciencia de una mirada perdida bajo su merced eran suficientes para detonar desequilibrios en su psique, mientras era perseguida por una víctima de su pasado. No imaginó que fuese a morir tan pronto, bien a manos de otra persona o por sí misma con tal de evadir ese desenlace. Pero nada quedaba claro, solo que había escapado de una guerra para terminar en otra.



Emilia encontró a Freya sobre las rocas del río cuando alcanzó la escena. Fue una sensación indescriptible. Se podía ver la parte posterior de su cabeza derritiéndose, el agua arrastrando hilos rojos que se rizaban como si fueran acuarela.

¡Me cago en Dios, Em! escuchaba la voz que reverberaba de XXXX como si estuviera gritando con los labios atrapados en un tubo de cartón. El miedo se hizo una mixtura de adrenalina y expectación mientras XXXX la tenía sujeta del cabello, justamente cuando la había estampado contra los pedruscos, lo que parecieron muchas veces. Freya ahora no era más que una amoratada bola de inflamación. Ni siquiera su bonito cabello negro brillaba ese día, empapado en agua de montaña y sangre que de no ser por la densidad, se camuflaba entre sus hebras.

Esto es un caos, vámonos se recordó decirle. Hasta entonces se preguntaba qué era lo que no la impidió de proseguir ese día, cómo no se torturó durante meses después de lo que hicieron. Por qué tuvo que ser después de tanto tiempo.

Definitivamente no había justicia lógica en esa vida, solo un azar por el que todos danzaban sin remedio. No había para gente como Freya, pero sí podía para Emilia.

[code]❝Who controls the past controls the future. Who controls the present controls the past.❞[/code]

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