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E1562460 · F
Me encantaría, Ser. -Respondio alegremente con dulzura en sus palabras por la dicha que le genera poder estar un poco más cerca del caballero, suspiro suavemente al percibir la calidez de la mano ajena contra su palma.-
WdGstrJr · M
— ¿Le gustaría subir a mi corcel, mi lady? Así no se fatigará al regresar a la aldea. — Le preguntó el caballero, luego de recibir aquella delicada mano de la doncella, pudiendo sentir a través de la tela de su guante la suavidad de la palma de la joven de rojizos rizos.
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Es la primera vez que vengo por este lugar sola, Ser.
-Respondio amablemente lo cierto era que no se había percatado de la presencia de la Guardia Real en la aldea, pronto sus mej se volvieron rosas debido a la vergüenza quizá tuvo que haber avisado antes de su salida, miro la mano del moreno y la tomo sin pensarlo dos veces.-
Claro me parece bien
-Respondio amablemente lo cierto era que no se había percatado de la presencia de la Guardia Real en la aldea, pronto sus mej se volvieron rosas debido a la vergüenza quizá tuvo que haber avisado antes de su salida, miro la mano del moreno y la tomo sin pensarlo dos veces.-
Claro me parece bien
WdGstrJr · M
El timbre de voz de la joven fue en extremo atractivo para el caballero, sintiendo ternura por la misma por su dulzura y suavidad al hablar, siendo imposible para él no sonreirle amablemente. Se enderezó para ver directamente a la doncella, sin borrar su caballerosa sonrisa ante ella.
— He tenido una agradable mañana, señorita. Al parecer, usted no parece haberse percatado de la presencia de los caballeros reales en la aldea. — Respondió el caballero, lleno de curiosidad por saber por qué la doncella estaba sola en esa pradera. — ¿Está sola en estos jardines, mi lady? No es bueno que lo esté. — Le aconsejó de manera educada y gentil, extendiendo su mano, dispuesto a encaminarle de vuelta a la aldea. — Venga. Le llevaré de regreso a la aldea, si le parece bien a usted.
— He tenido una agradable mañana, señorita. Al parecer, usted no parece haberse percatado de la presencia de los caballeros reales en la aldea. — Respondió el caballero, lleno de curiosidad por saber por qué la doncella estaba sola en esa pradera. — ¿Está sola en estos jardines, mi lady? No es bueno que lo esté. — Le aconsejó de manera educada y gentil, extendiendo su mano, dispuesto a encaminarle de vuelta a la aldea. — Venga. Le llevaré de regreso a la aldea, si le parece bien a usted.
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-Las mañanas eran siempre su momento favorito del día, había pedido que alistarán su caballo desde temprano, lleva un rato en aquel prado que se había hecho una corona de distintas flores, el sonido del galope la trajo de vuelta a la realidad cuando observa al joven moreno llegar y le sonrió enormemente.- Buenos días Ser ¿Que tal su mañana? -Pregunta con voz suave y dulce.-
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El único descendiente del clan de caballeros Gastrell supervisaba los alrededores del bosque cercanos a la aldea de aquel reino, acompañado de los demás caballeros de la orden plateada. Confiándole a su colega Jules de que continuara con dicha labor junto a los demás caballeros que estaban a su cargo, el mestizo caballero se apartó de ellos montado en su corcel, llegando a lo que parecía ser una extensa pradera cubierta de decenas de arbustos y flores de innumerables colores.
— ¿Uh? — A pesar de la maravillosa vista panorámica de ese bello lugar, lo que captó la total atención del caballero fue la presencia de una doncella de rojizos cabellos y tez blanca como porcelana. Bajando de su corcel y sujetándole de sus cuerdas, fue hasta el encuentro con la joven, con la esperanza de saludarle y no molestarle con ello. — Mi lady...Muy buenos días. — Se presentó, inclinándose levemente ante ella, en señal de respeto.
— ¿Uh? — A pesar de la maravillosa vista panorámica de ese bello lugar, lo que captó la total atención del caballero fue la presencia de una doncella de rojizos cabellos y tez blanca como porcelana. Bajando de su corcel y sujetándole de sus cuerdas, fue hasta el encuentro con la joven, con la esperanza de saludarle y no molestarle con ello. — Mi lady...Muy buenos días. — Se presentó, inclinándose levemente ante ella, en señal de respeto.
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