Jeje...¿Estás asustado? -Disfrutaba demasiado ver a Loki tan indefenso y atemorizado ante su presencia, ya que le hacía sentir que estaba totalmente a su merced.

Optó por soltarle y liberarlo de su agarre, quedándose sentado en el suelo y suavizando un poco su mirada.

-Que no se te ocurra llamarme de nuevo "adorable". Si no, esto no será nada comparado con lo que seré capaz de hacerte, si te atreves a dirigirte hacia mi con esa palabra... -Le advirtió el pelinegro con seriedad, mirándole de reojo.

-Encogiendose de hombros, negó con la cabeza varias veces mientraa su cuerpo no paraba de temblar de tal apariencia del masculino. Tenía miedo de sus expresiones, de su hablar y de lo que podría hacerle por una simple broma.- Y-y-yo... -De inmediato cerró sus párpados, estaba nervioso y mientras más le veía más aumentaba su desesperación por escapar.-

Qué coincidencia: Yo también estoy jugando ahora...¿No se me nota? -Alzó delicadamente el rostro del menor, a la vez que acercó el propio hacia el de él, entrecerrando sus ojos y frunciendo hasta el límite su ceño. Con su dedo pulgar de la mano de la cual sostenía el rostro de Loki, acarició los labios de éste. -¿Alguna vez te han dicho que tu labio tiembla ante momentos como este, cuando sabes que acabas de meter la pata? -Sus palabras llenas de sarcasmo y enfado entremezclados eran muy intimidantes, sumado a que esos ojos rojos carmesí le daban una apariencia completamente tenebrosa.

-Estaba entre temblando del miedo y al borde de la risa en su escondite. Estaba seguro de que nada iba a pasarle, hasta que ocurrió lo peor. Fue tomado de su pierna y deslizado hacia fuera. Aterrado se volteó a verle, su rostro estaba pálido y a la vez muy confundido por el hecho de que le halla encontrado.- ¡Ah! ¡Drake, no me hagas daño! ¡Solo jugaba! -De inmediato cerró sus párpados luego de sentir el brusco agarre en su rostro, le dolía y causa a ello una mueca de dolor se apareció en semblante.- ¡¡Hmh...!!

... -No había calificativo que más odiase hacia su ser como el de "adorable". Sin embargo, su contraparte en más de una ocasión tenía el descaro de decírselo sin ningún tipo de escrúpulos ni respeto. Frunciendo el ceño, fue directamente hacia el escomdite del ente luminoso. Cuando supo que estaba debajo de aquella manta, tiró de una de las piernas del rubio, sacándolo de su escondite. -¡Oh, he encontrado la lámparilla debajo de todo este desorden! -Exclamó con total sentido del sarcasmo, fulminándole con furia. -¿Cuántas veces te he dicho que no me digas "adorable", bombilla parlante? -Sus palabras estaban cargadas de enfado, soltando con brusquedad su pierna y colocándose encima de él, sosteniéndole el rostro con fuerza con una de sus manos.

Te ves adorable. -Se esconde debajo de una manta luego de exponer tal comentario. Sabía que le iba a golpear o mismo decir algo desagradable así que optó por dicho camuflaje con la esperanza de que no le viese.-