**De presencia autoritaria e imperiosa ,médico de profesion misterioso de cuerpo fornido y bien mantenido a pesar de su edad madura, de cabellos cortos cuyos plateados filamentos caen cubriendo así también su tersa piel caucásica de lado diestro de su rostro. Sus gafas son un atuendo más que definian a aquel joven misterioso; su ojo izquierdo de tonalidad grisasea mientras que el derecho -el cual cubre- irradia un tenue color lila rodeado por una cicatriz, por lo que algunos suelen intimidarse ante su perspicaz mirada. Su atuendo mayormente de un traje blanco, camisa grise y de corbata negra, acompañado de una particular gabardina larga, que se ondula a cada paso que da abriéndose ligeramente tras la gélida brisa nocturnal que le complementa. Perdido en sus pensamientos, escucho el eco de algunos pasos, lo cual le hizo regresar nuevamente a este mundo superficial**
*Por el llanto casi no podía hablar, los lloriqueos se escucharon cada vez más, trataba de calmarse pues no quería que la viera de esa manera aunque ya era tarde a lo que le miro solo por un momento ya que había tomado su mentón*
R/O: Uno nuevo me parece mejor a lo que daré inicio...
**Este nuevo personaje se encuentra en la ciudad, pues regresaba de la estación de policía, le había llevado algunos documentos a su tío Ryotaro Dojima que había olvidado en casa, su tío se encontraba ocupado con uno de sus casos que tuvo que atenderlo hasta tarde, así mismo le llegaría la noche
Es descrito como tranquilo y educado, antes de que el despertar de su Persona, Yu parecía ser insensible y frío a veces, así como, ocasionalmente, inexpresiva. Después, sin embargo, está demostrado que valoran los lazos de amistad entre los miembros del equipo de investigación y está muy preocupado por sus amigos.
Iba caminando entre aquellas calles pues quería llegar lo mas rápido ya que su prime menor se encontraba sola en casa y no le agradaba mucho dejarla sola por la noche**
Musitó aquel pelinegro que había tomado el reto que su salvador le otorgaba, sin apaciguar ni mucho menos recalcar en su mirada glacial fijada en las mortales pupilas del otro, la aproximación prosiguió por su parte, las codiciosas y pulcras manos pálidas del azabache, se elevaron entonces hacia adelante, posando las cinco yemas de los dedos de su mano diestra sobre la yugular de su acompañante, apenas rozándole, en total quietud, una sonrisa se alargó hacia la derecha, dándole un aire mas cínico.
Morirías por un cigarrillo?..... eso haría alguien estúpido, y no te ves como alguien estúpido....
Puntualizó sin tacto, en casi un murmullo, aun cuando se moría de ganas por ver correr el líquido carmín que sus dedos arrancarían cuando se presionaran un poco mas sobre la translúcida piel del peliplata.
