.- Lo único que en ese momento era algo de paz, tranquilidad y un silencio absoluto que solo encontró en Bélgica, un antiguo palacio abandonado por el hombre, sentado en el gran y viejo sofá el humo del tabaco sale de sus labios, su única compañía un viejo lobo con el cual se encontró a su llegada, el cual descansa a su diestra siendo acariciado por la mano de este, cual perro fiel junto a su amo, los lobos le respetan, le veneran como un dios a sus ojos, como un padre.-