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Reunión entre hermanos
 
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macaria · 26-30, F
Jamás había bebido tanto como ahora, siempre cuidaba lo que bebía y no era muy fan de hacerlo o común. El alcohol estaba en todo su cuerpo, al menos es lo que sentía cuando sentía un ligero cosquilleo en sus mejillas y en las puntas de sus dedos, además era como si de repente fuera la mejor bailarina, la más libre…
Asintió con entusiasmo aplaudiendo ante la idea de ir al mundo de los mortales.

—¿Qué estamos esperando? —dio un par de saltitos sirviendo nuevamente una copa
Mi1561159 · F
[code]—[b] Sí recibes nuestras quejas hermano tengo un gran número de dioses que no dejan de tratarnos como muertos. Justo como lo dice Maki. Además de alguna otra lista de dioses que me tratan como niña, e incluso siguen llamándome así. [/b]— Sopló de solo pensarlo haciendo cara de inconformidad al ver que su hermana la invitaba a bailar. Bien era sabido que no le gustaba llamar la atención y mucho menos bailar pero sus momentos en el Olimpo le estaban ayudando a cambiar eso. — Bueno, bueno.. está bien, pero sólo un rato pequeño. — Sostuvó la mano de su hermana para incorporarse a bailar sin saber que su final sería bailar durante horas, bebiendo, riendo y pasando un gran rato con sus hermanos.


¡Mortales! — gritó Melínoe entusiasmada pensando en ver a sus fantasmas al transmitirles pesadillas a los humanos. Los extrañaba pues no pasaban todo el día con ella en el Olimpo. [/code]
Orbes ligeramente desorbitados, su equilibrio no era el óptimo, hasta su lenguaje corporal hablaba de que sus hermanas y él incluido, no estaban dentro de la aburrida sobriedad.

¡Tengo una idea! vamos al mundo de los mortales.
Tenemos cierta reputación que es difícil de quitar después de tantos años hermanas mías... si es que alguien les falta al respeto o se atreve siquiera a mirarlas de la manera equivocada, háganmelo saber.

Continuó con el baile, sus movimientos rápidos y agraciados mientras acompañaba a sus hermanas tomando las manos de ambas.
Hizo un movimiento con su mano para girarlas.

No siempre Mel, pero en la mayoría de mis fiestas tocan mis ninfas o mi hermano Apolo. Es una gran forma para que los dioses se suelten cuando han estado con mucha tensión.

Pasaron 1 o 2 hrs después, la bebida dionisíaca había hecho efecto. Estar junto a sus hermanas, las princesas del Inframundo, sólo traía más regocijo al corazón del Dios del vino. Pensaba sacar sus más profundos deseos y dejar que los experimentaran por si mismas. Habían estado demasiado tiempo bajo el cuidado de sus padres que las princesas tenían suprimidos sus instintos primales.
macaria · 26-30, F
Definitivamente la melodía de las ninfas había cambiado el ambiente de manera repentina, olvidó su incomodidad general por estar en el Olimpo, bebiendo nuevamente de su copa, no era su objetivo perder la cordura esa noche pero algo le decía que la inofensiva reunión de hermanos acabaría en total y completa locura.— ¿Honestamente? tampoco me desagrada alguien por completo ni odio a nadie, pero tú sabes que los Olímpicos no son mis favoritos. —llevó la copa nuevamente a sus labios para tomar un sorbo, vaya que la bebida era bastante buena.

— Siempre nos han tratado como apestados y lo sabes. Los que conviven con los muertos. —resopló con molestia, pero pronto esa sensación desapareció, un repentino gusto por bailar se apoderó de Macaria y no pudo evitar soltar una carcajada.— ¡Mejor bailemos! —dijo levantándose de su asiento y quitándose los zapatos mientras iba a tomar la mano de su hermana y llevarla con ella.
Mi1561159 · F
[code]— Observó a la ninfa de su hermano acercarse y tocar una melodía para ellos. Su estilo era totalmente diferente a la música que ella acostumbraba. La ninfa movia sus pies al ritmo de Dioniso mientras ella tocaba. Vaya sincronía. — pensó la princesa.

¡Qué música hermano!. ¿Siempre escuchas esto? — preguntó pensando sí la música era uno de sus medios para embriagar a los dioses pues incitava a beber y bailar. Dada su influencia, acercó de nuevo su copa a sus labios para darle un sorbo mientras escuchaba la pregunta de su opuesto.

No podría decir quién menos me gusta porque no he tenido la oportunidad de hablar con todos pero algo que me desagrada es tener que estar rodeada de muchos dioses. Aunque creo eso es algo normal que todos conocen. — Soltó una ligera risa para después terminar el contenido su copa.
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Dionisio chasqueó nuevamente sus dedos invocando a una de sus ninfas para que tocará música para ellos, las melodías eran suaves pero lo suficientemente rítmicas para bailar. Se levanto de su asiento para bailar alrededor de la habitación.–

¡Si llévatelo! ambas leánlo así llegaran a conocerme mejor. – Pendiente a que sus hermanas no se quedarán secas, Dionisio llenaba sus copas constantemente. Se carcajeo ante su pregunta señalandose a si mismo–

Me encargo de las festividades, la fertilidad, tengo varias tareas por aquí y me exigen que tenga la copa llena y andando.

–Levanto a ambas tomando sus manos para llevarlas a bailar, Dionisio no tenía ninguna limitación cuando se mostraba a si mismo y deseaba que sus hermanas se sintieran igual–

Ahora ¿qué es lo que menos les gusta del Olimpo y quién?
macaria · 26-30, F
Asintió un par de veces hacia Melinoe, su hermana sabía que era un poco complicado mantenerla quieta y menos cuando había tanto por ver dentro del lugar de su hermano. Había libros en el lugar cuidadosamente colocados, tomó uno de ellos mostrándoselo a su hermano. — ¿Está bien si tomó uno prestado? —camino hacia donde estaban ambos tomando asiento junto a ellos.

Se aseguro de sentarse en una posición cómoda tomando la copa reservada para ella, llevándola a sus labios para tomar un sorbo antes de hablar. —El Olimpo es... creo que no podría describirlo con una palabra. Como dice Mel, es diferente a lo que estamos acostumbradas pero es bello a su manera. —bebió una vez más esta vez soltando una risita.

—Pero no podría vivir aquí. En fin ¿qué es lo que tú haces aquí normalmente, hermano?
Mi1561159 · F
[code]— Se acercó a tomar su vaso para darle un pequeño sorbo. — ¡Qué delicia, hermano, muchas gracias! Ya deberías tener tu propio viñedo en el Inframundo para vivir con nosotros. — Dijo con una sonrisa en el rostro esperando aceptará su propuesta sabiendo era casi imposible por la falta del sol en sus tierras . — ¿Qué haces Maki? ¿Viendo las cosas de nuesto hermano? — preguntó recordando su colección de artículos de los lugares que visitaba. — ¡Dio! Tienes que ayudarme a conseguir algo del Olimpo.. — Pronunció exaltada subiendo sus piernas sobre el asiento en el que se encontraba sabiendo estaba en confianza. — Tengo una colección y me gustaría llevarme algo de aquí. — Volvió a darle otro sorbo a su vaso escuchando atenta a la pregunta — Bueno, es una visita rara. Nada a como lo imaginaba. — Cruzó sus piernas en su lugar — La belleza de aquí es totalmente diferente a la de nuestro hogar pero sin embargo apreció todo lo que tiene. [/code]
–La mejor de sus cosechas se quedaba corta para compartirla con sus hermanas las princesas del Inframundo, decir que estaba feliz en su compañía era decir poco. Paso un par de copas a sus hermanas, alzó la copa que el Dios siempre solía llevar en su mano y chasqueo los dedos para llenarlas.–

Quiero celebrar su llegada al Olimpo, incluso en estas circunstancias me llena de felicidad tenerlas conmigo. Quisiera escuchar sus impresiones.–dio un sorbo prolongado a su copa observando a ambas con una sonrisa amplia–

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