- Yo, un ... Arma, necesito, disparar. Matar a los malos ,debo hacer. -Respondio tartamudeando, desviando su rostro y con ese intento de tomar la escopeta entre sus manitas.-

-Algo no cuadraba ahí. Primero porque había una niña tan pequeña en ese sitio, y segundo, su deseo con las armas era preocupante. Se inclinó para quedar a su nivel, pero no le dejó tocar la escopeta.- ¿Hay alguien haciéndote daño? Te lastimarás si te doy un arma, pero podría jalar el gatillo por tí.

-Nadie respondió, todos y cada uno de los malechores, malvivientes y sicarios estaban enfocados en su rutina de beber, apostar en juego de azar e incluso saborear el placer carnal con alguna mundana de los alrededores.- Yo necesito una.-Inquirio la menor, alzándose sobre la punta de sus zapatos para apeoximarse a la escopeta y tocarla siquiera.-

-Había arruinado la fiesta en el bar. El simple hecho de mostrarse armada había apagado la música y la gente se marchaba, algunos lo suficientemente audaces como para mostrarle el dedo medio. Ella sonreía ante cada demostración de "cariño", hasta que escuchó una voz. Bajó la vista, y levantó las cejas sorprendida, ¿Una niña en ese sitio.- H-Hey... ¿La mamá de esta niña? -Alzó la voz.-

-Un arma como aquella escopeta es lo que Sapphire desea poseer. No pudo evitar acercarse para verle de cerca y admirar el poder y placer que debe sentirse al momento de cargar y disparar el arma.- Y-Yo.. quiero una. -mencionó en un tono bajo, y siendo apenas una pequeña, no le importaba el.peligro que representa manejar un arma.-