—Esta bien, pero recuerda que no te vas a escapar de mi.
A la vez odia, pero también reconoce que esa maldita mujer tiene agallas y valor para darle cara , pero también los deseos de asesinarla le fluyen por las venas al grado de verla gritar de terror. Algo que va fraguando en su mente a la vez que cierra la puerta. -
No se movió. Se quedó mirando la transformación de esa sonrisa y el tentador toque peligroso que tenía. Le parecía maravilloso el efecto. Quería poner los dedos en su carne y ver qué otras formas podía darle a su cara.
Esbozando una sonrisa ante aquél comentario la va soltando de manera lenta ya que le pareció divertido someterla a su antojo por lo que le responde con ese tono siniestro y asesino. —
— Jajajaja, crees en ese ser inexistente ? Te tengo tan cerca, que ni tú Dios podría venir a salvarte.
Sonando aquellas palabras retadoras por parte de aquella mujer, este esboza una sonrisa cínica al ver que en verdad la esta haciendo enojar de sobremanera ya que pesé a ser mujer, tiene las agallas para plantarle cara y sobre todo sacar coraje.
— Podría haber entrado como mujer, está permitido. Hubiera sido más fácil que tener que alejarme tanto para orinar, asearme, comer, cambiarme. Me hubieran tratado hasta mejor. —
Le tomó por la barbilla y le mantuvo el rostro fijo en ella.
— Lo hice para no ensuciar mi identidad. El compromiso que tengo con Dios como mujer. Por eso soy otra persona, un hombre. Así que tu peso encima del mío no es más que un estorbo, una piedra incómoda. Quítate o te partiré la cara. Quizás te perdone. —
Pese a estar en una situación para muchos muy incomoda, se le queda mirando ya que cualquier otra mujer saldría huyendo o al menos forcejear por liberarse y eso es algo que al gran Dio le encanta, que Hot Pants no sé intimida ni nada. -
