¿Acaso el señor dueño de esta tienda está insinuando algo? Porque si es así, podría pensarlo un poco porque veo que pronto desfallecerás por el hambre. —Le gustaba bromear de vez en cuando aunque seguramente para el resto no causara gracia alguna, aún así rió por ese intento de carita triste que realizaba el varón, negando de modo casi resignado.—

La verdad es que no, no lo sé pero tampoco quiero averiguarlo. —Tajante en su respuesta como ella sola aunque la verdad le gustaba ese espíritu apasionado que poseía.— Me quedo con ese, quiero comparar la obra original con esa película que salió años atrás con esa niña rubia como protagonista, siento que se parece a alguien —bromeó un poco, llevándose las manos a los bolsillos del pantalón negro.

No hay quien me asista en la tienda, y no tengo una amiga rubia, pequeña y con buenos sentimientos que me pida algo de comer para que luego le pague. —Acentuó todavía más sus ojos de "cachorrito tierno", aunque estaba seguro de que ella lo mandaría a volar con semejante propuesta, al menos le resultaba divertido hacerla enojar, pues era la única que se tomaba sus comentarios en serio.—
¡No sabes la cantidad de gente que estaría fascinada con algo como eso! —No sabía cómo, pero ahora siempre estaban terminando haciendo tratos o intercambio de favores.— "La guerra de los mundos" estaría bien para empezar, aunque si no quieres ficción, tengo algunos que fungen como documentativos.

Y aún así eres incapaz de pedir algo de comer durante tu estancia en la librería. No hay caso contigo, Ferd. —Con manos en la cintura negó lentamente por aquel comportamiento del hombre aunque tampoco era quién para juzgarlo. Por más que intentara permanecer sería le era bastante difícil por las palabras y gesticulaciones de él así que terminó riendo por ese comentario. ¿Acaso era un niño pequeño?— Claro que no lo es. ¿Quién comería un panqué con forma de marciano? Solo tú. —Rodó los ojos y una vez más negó con cierta molesta, aunque en verdad no lo estaba.— Bien, veré qué me resulta y si lo consigo lo haré. A cambio de eso quiero una novela que hable sobre ovnis o cosas así. Es para instruirme en el tema, solo eso.

Voy a ser muy sincero, la verdad es que no soy diestro en la cocina, si he sobrevivido tantos años es por la maravillosa invención de la comida a domicilio. —Esta vez, sin pedir permiso, tomó un poco más de merengue, untando de más en su cabello, aunque solo pudo reír debido a ello.— ¡Oh, oh, anda! ¿No crees que sería muy llamativo? Un marciano en un panquesito. —Puso una cara triste, como una suerte de imitación barata de "ojitos tiernos" que hacen los perros cuando quieren algo.—

Claro. ¿Acaso tú no sabes hacer un poco de merengue? —Lo miraba divertida como si intentara ocultar esa sonrisa que comenzaba a asomarse, casi con vergüenza y timidez.— Entonces volcamos a los intercambios. Tú me prestas un libro o algo que quiera de tu tienda y yo te preparo unos panquecillos con algo de merengue decorado. ¿Qué dices, Ferd? Y olvídalo, no lo haré con cabeza de marciano.

¿Lo has hecho tú? —Tal como si fuera un gato, lamía su dedo en busca del sabor que aún quedaba en su piel, delatando que estaba encantado con el merengue.— Sin dudar te pagaría para que hicieras panquesillos para mí... ¡Quizá alguno con la forma de la cabeza de un marciano!(?)

Pruébalo y me dices qué tal está. —Se chupó los dedos de la mano diestra a la espera de que probara el tocado de merengue que tenía en la cabeza. Ante su respuesta no hizo más que reír por aquella reacción.— Efectivamente, Ferd. Pero también tiene unas gotitas de vainilla.

Lo que está en tu cabello, definitivamente llama mi atención. —Extendió la mano hasta du cabellera, con el dedo índice tomó un poco del merengue y entonces lo degustó. Asintió entonces con una sonrisa.— Vaya, es muy bueno, ¿frambuesa?

Incluso lo que está en mi cabello y también en mi vestido. ¿Quieres comprobarlo?

¿Todo, todo? ¿Incluso lo que decora tu cabello?