También lo es verte a ti siempre. Sería un honor visitar tu hogar, lamentablemente siempre que lo hemos hecho ha sido bajo las peores circunstancias. Será diferente la próxima vez. —Prometió, sonriéndole con solemnidad mientras le despedía con la mano.—

Si, da igual, gusto en verte Diana, visiten Atlantis de vez en cuando.

-Dio media vuelta y camino lentamente en busca de alguna cantina o bar.-

Bruce es un hombre centrado. Simplemente se divierten de maneras distintas, y no creo que le gustaría ver a otro hombre intentando someter a su mujer. O probablemente sí, es difícil sacarle una sonrisa, ver esto sin duda lo haría hasta reír. —Rió por lo bajo sólo de imaginarlo, pero no quería que Arthur lo interpretara como una burla tampoco, así que la princesa guerrera pronto carraspeó e inspiró profundamente.— Jugaremos otro día, Arthur. Por cierto, te sienta bien el cabello largo. Es imponente. Los hombres de antaño mostraban su fortaleza y el espíritu aguerrido con ese rasgo.

Peculiares si, el de los gustos excéntricos es Wayne.

Tu suerte no siempre es la mejor, Arthur. No sé de qué podrías gozar, eres un hombre con gustos muy peculiares, por no decir excéntricos.

Primero se sufre y luego se goza.

Vale, vale entonces. Te gusta sufrir, "Rey". —La Amazona suspiró y se removió las cortinas de oscuro y espeso cabello detrás de sus hombros, relajando su postura.—

Tsk, matas la diversión, princesa.

Admiro tus agallas, Arthur, querido amigo. Pero ambos sabemos que no vas a salir limpio en el intento.

Hay que comprobar si es verdad sobre los rumores de las cadenas de Andromeda.