- Se quedo en silencio, admirándola, atontado era la palabra correcta, movió la cabeza y se aclaro la garganta. -

Me, llamo Drake, Nathan Drake, pero puedes decirme Nate...

Exclamo con una leve sonrisa calidad y extrañamente adorable.

—La amazona se mantuvo firme y erguida observando al castaño, estudiando cada gesto y expresión suya desde su habitual trono de la serenidad y parsimonia. Sin embargo, el detalle en las mejillas ajenas le robó otra sonrisa, inevitablemente.— Agradezco su admiración, joven... —Murmuró en tono insinuante, esperando por conocer su nombre para poder entrar en más confianza.—

Por eso, me refería a ti.

- Alzo los hombros y guardo las manos en sus bolsillos, algo sonrojado por la presencia de la amazona y aguantando el impulso de coquetear, no porque quisiera, era un tic nervioso que se activaba frente a mujeres de carácter fuerte y de llamativa personalidad-

—Niega con la cabeza, esbozando una sonrisa amigable.— No fue en la isla, fue aquí mismo, como mencioné previamente.

Buenas costureras en la isla, entonces.

— Tiene un valor muy sentimental. Yo misma lo diseñé después de pasar un tiempo en el Mundo del Hombre, instruyéndome.

Me gusta mas este atuendo.