— Maravilloso. — Vociferó al contemplar aquella vista que la anfitriona brindaba, algo que muchos deseaban, pero pocos obtenían o tenían la oportunidad de vislumbrar. — Honrado me siento de ser testigo de tanta belleza y majestuosidad. —
Reitero aún con el deseo de contemplar algo digno de premiar; una posición que sin duda alguna le fascina. Y tras liberarlo abrió ambas piernas ofreciendo una mejor vista.
Manteniendo la postura, alzando el rostro al ser guiado por la punta de la bota ajena, dedicando una tranquila mirada, peor sin perderse el detalle de aquella vista de la contraria. — Sólo cuando lo amerita, miss... —
Curvo los labios ciertamente satisfecha y posterior, con la punta de su bota diestra elevar el mentón varonil demandando todo contacto visual requerido.
— Encantador, tal parece que si puedes ser un buen chico.
