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DevanaHunter · 26-30, F
Cerro sus ojos conteniendose y respirando profundo. Abrió sus orbes nuevamente observando aquellos pechos. Devana empuja suave por sus hombros a Vexanna, se acerca al pomo de la puerta cerrando con seguro.

— Creo que mi asistente va a tener que encargarse ~

La azabache se sienta en su escritorio sonriendo suave a la rubia, abre sus piernas cómodamente en frente de la alemana.
Vexanna · F
— Puedo compensarte más tarde, en nuestra casa.

La rubia le observa de manera coqueta, volviendo a acercarse hasta apretar suave sus senos contra los suyos.

— O puedes sentarte y dejarme hacer algo al respecto aquí y ahora. Tu decides, en el trabajo soy tu asistente, no tu esposa.~
DevanaHunter · 26-30, F
Devana se sentía muy excitada, solo parpadeo tragando saliva y arreglándose su camisa.

— Ahem... Vexanna... Soy tu esposa, soy fiel y leal a ti, lo mismo para ti. Eres mía y yo soy tuya. Pero está bien que me comunicaras tus celos

Pasa su pulgar a su misma a sus propios labios.

— Ahora...

Se pone sus manos en sus propias caderas mirando a la rubia.

— ¿Cómo demonios me quito lo mojada y estremecida que me dejaste en horario de trabajo?.
Vexanna · F
Un juego de caricias húmedas daba lugar dentro de esas bocas; Vexanna sentía el empuje en su nuca y a gusto se dejó llevar.

Sus propias manos soltaron la camisa dejándola arrugada, solo para bajar en deseosas caricias hacia las caderas de su esposa.

Fue el beso más largo y profundo que pudo darle sin separarse. Cuando finalmente se aparta jadeante, sus labios marcan una sonrisa coqueta.

— Tu manera de hablar activó mis instintos. Disculpa. ~
DevanaHunter · 26-30, F
La agresividad y el deseo de su contraria le robó el aire, sus manos se posaron en aquella mesa para no dejarla salir. Ladeaba su rostro para besarla a más profundidad, su mano diestra la tomo por la nuca atrayendola más a ella.

— Hng...

Mordía los labios ajenos a su vez que introducía su lengua atrapando la ajena con más pasión. Vexanna encendía a esa mujer como un botón al tocar.
Vexanna · F
Quedó sin palabras, parpadeando rápido con sus zafiros puestos en ella.
Le jala por la camisa apretando sus puños en la tela, fuerte y posesiva, invadida por una profunda pasión la besó apegándola a su propio cuerpo.

— Mmh...ngh~

No irían a ningún lado. Las palabras de Devana le hicieron cambiar rotundamente el ánimo y los planes.~
DevanaHunter · 26-30, F
Su mano sostuvo el menton de forma delicada a la rubia, los ojos felinos verdes de la doctora se posaron en la alemana.

— Mi amor... Entiendo el sentimiento, mataría a quien sea que se te acercara con otras intenciones... Sabes muy bien que lo haría de la forma más silenciosa...

Sonríe pícara pero maquiavélica, la azabache miraba los labios de su esposa aún manteniendo esa sonrisa.

— No te preocupes por putas... Soy una mujer enamorada y deseosa de su esposa Alemana, tienes mi alma y mi ser Vexanna... Mi pasión y devoción es a ti, no a rameras sin personalidad.

Suelta sutil el menton ajeno sin dejar de mirarle.

— ¿Salimos al techo del edificio?
Vexanna · F
La capacidad de lectura que tenía Devana con ella le sorprendía gratamente. No dijo nada pero era algo que le agradó lo suficiente para relajarle un poco.

Evadió su mirada, hasta su tacto, manteniendo el rostro bajo y sólo escuchándola.
Los celos eran asquerosos para la rubia. Pensaba en esa mujer sin escrúpulos y tensaba su mandíbula.

— Mis emociones no me dominan. Si fuese así, Helena ya estaría sin dientes o con la piel verde.

Era una bruja, causarla algún daño superficial a cualquiera era juego de niños.
Sonrió con malicia, separó sus labios y emitió un suspiro.

— Disculpa cariño, solo necesito perderme un momento de este lugar. El aire está cargado.
DevanaHunter · 26-30, F
Helena era una mujer bastante atractiva en aquel trabajo, todos querían estar con ella, más por su orientación de bisexual, tenía a la Merced a todo el recinto del lugar. A excepción de aquella azabache quien solo se concentraba en su trabajo y en su Alemana asistente. La mujer sabía lo que hacía, Devana en soledad con Vexanna se acercó a ella acorralandola en aquel escritorio.

— Vexanna... Eres bastante inteligente. No dejes que tus emociones te dominen. Dime ¿Con quién estoy yo? Helena te quiere causar celos por gusto, es una mujer caprichosa, sabe que mis ojos están centrados en ti

La azabache despacio se acercaba a la rubia sin tocarla.

— Lamentablemente trabajamos con ella, pero no le des tu energía, sabiendo que tu esposa está fija es en ti.
Vexanna · F
— Devana, no es buen momento. Ich wurde wütend...

La molestia de aquella rubia mujer no era otra cosa que celos. Había sido testigo de cómo una chica excedía su simpatía con la cazadora y ahora, Vexanna tenía ese sentimiento que nunca antes había experimentado por una pareja.
Ardía en celos, a pesar de su semblante pacifico y elegante.

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