— Porque él comprende, mi amor. Rechaza tu tacto porque es capaz de razonar.
Curva sus labios en una sonrisa, acercándose unos pasos más a ella. Por supuesto la criatura asustada cierra los ojos, apretando sus húmedos párpados para no ver a Devana.
— Sé que no estas satisfecha con él pero Dev, es un ser inteligente. Estoy asombrada con lo que eres capaz de hacer, y me lo quedaré.
Besó la mejilla de su angustiada esposa, y se alejó hablando.
— Lo dejaré en un lugar apropiado, y mañana hablaremos.
La voz de Vexanna hizo que Devana obedeciera, soltó las muñecas de la alemana y solo miro aquel ser que se aferraba a su esposa, si. A Devana le daba lastima sin embargo su esposa se había encariñado con eso.
— ... ¿De verdad lo quieres?...
El pequeño ser miraba a Vexanna extendiendo sus pequeñas manos a ella, aferrándose a los dedos de ella.
Seguía en su postura protectora, no se lo daría. Bajó su rostro al aterrorizado chiquillo, cuando sus miradas se encuentran la rubia le sonríe con lástima.
— Devana, lo acabas de decir. Intentaste destruirlo y no resultó, ¿no es eso admirable? Yo creo que si.
Alzó su vista azul y profunda, algo opaca por la oscuridad. Ya no sonreía, recostó más en su pecho al homúnculo.
— Puedes intentar crear otro, perfecto como quieres. Me haré cargo de él y no te molestará, lo prometo.
— ¡No sirve Vexanna! Míralo! No es perfecto es... Ni siquiera tiene forma
La pequeña criatura empezó a temblar nuevamente en las manos de Vexanna, buscaba aferrarse a los dedos de ella y no soltarla.
— Claro que me tiene miedo, sabe que quiero destruirlo, intente de varias formas y ha resistido
Que algo le fuera en contra a Devana le molestaba bastante, extendió su mano al frente tomando una postura más calma delante de su esposa.
— Amor... De verdad no sirve para nada, intentaré con ácido, creo que morirá con eso.
Se le había ocurrido esa brillante idea para terminar con el de una vez y empezar otro. Pero el pequeño entendía el lenguaje de ambas a pesar de que el no podía hablar, al escuchar ácido soltó un chillido agudo fuerte, apretaba más los dedos de Vexanna.
— Ah! Que molesto...
Se acercó nuevamente a Vexanna tomándola de las muñecas sin hacerle daño.
Miraba a la criatura como una cazadora, sin embargo su mirada ve a la de la rubia. La criatura se despertó despacio pero se exaltó al ver a la azabache, hizo un gritito desesperado escondiéndose en las manos de Vexanna. Devana se acercó más estirando su mano a el, este se arrinconó más a Vexanna.
La alemana escucha en respetuoso silencio. Entendía lo que Devana explicaba, había conocido un alquimista hace mucho tiempo y él también tenía sus batallas para crear el homúnculo que le dejara satisfecho.
Sin embargo, a pesar de eso, la bruja frunce los labios en desacuerdo. Se levanta estando al frente de la azabache, sosteniendo todavía a la criatura dormida.
— La debilidad es subjetiva. ¿No crees que podría ser útil para...algo? Es inofensivo, y entiende cuando le hablan, amor.
Mantuvo la calma, sin embargo seguía mirando a su creación en los brazos de su mujer.
— Es.... Es un Homúnculo que intente hacer... Pero es el cuarto que he hecho... Los demás los he... Hum... Me he desecho de ellos... Voy hacer lo mismo con este. No me gustó cómo salió, es muy... Débil.
Su mirada filosa se poso en el ser, quería arrancarselo de las manos.
