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𝑩𝒐𝒔𝒔 𝑫𝒆𝒎𝒐𝒏.
{ Gracias mon cher. }
 
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Dev1558146 · F
... Así que ahora, te pido, quédate aquí, por favor.
Dev1558146 · F
Tuvo la urgencia de imponerse sobre él como ya lo había hecho antes con muchos otros. Su instinto de caza -natural en un demonio de su naturaleza- se activó, pero casi de inmediato su vientre le dio una pequeña punzada que pareció anunciar la descarga de cierta hormona en su cuerpo capaz dominó sus acciones; relajó los hombros, apagó la adrenalina y reguló su comportamiento. Dejó de verlo con ese destello carmesí y violento en los ojos para pasar a obsequiarle una mirada expectante.

—Fue una súplica —admitió, no había nada de deshonroso en admitir que podía pedir de esa manera ante quien le importaba. Era un hecho que nadie había tenido el privilegio de pasar por todas las paredes que Chordeva levantaba a su alrededor para obtener de ella una especie de sumisión que la demonio elegía dar. Aunque, claro, no era experta en expresarla tampoco—. Tienes razón, cazador. Cuando te encontré despertaste mi interés, quise devorarte, pero nuestra química me mostró otro camino...
As1526751 · M
[code]Es porque nadie consiguió atraparte. Siempre fingiste estar complacida con los idiotas moralistas de la realeza, pero nadie despertó tu verdadero instinto. Nadie te orilló al precipicio y te demostró que el vacío es jodidamente hermoso. —estaba seguro de lo que decía y esto se notó en el tono de voz; vibrante y profundo. De una perfecta voz que desprendía conocimiento y experiencia. Después de todo, era un cazador y nada escapaba de su percepción.

Pese a todo, el hombre apartó a la fémina. Sus ojos se encendieron en un agresivo destello, uno rojizo de color carmín que marcaba atención por lo que escuchó.— ¿Acaso me estás ordenando? ¿O, dentro de tu orgullo, buscabas la manera de pedirlo correctamente? —el fulgor de los orbes se apaciguó con lentitud, pero la amenaza seguía desfilando en el aire.[/code]
Dev1558146 · F
después al cuello y dejando un camino de besos húmedos ahí.
Dev1558146 · F
Sus cuerpos al acercarse y sus personalidades al salir a flote demostraban que ambos estaban compenetrados, como si fueran dos piezas de un mismo puzzle. La duquesa se deleitó con la declaración del cazador, misma que le erizó la piel, ¿o sería acaso más bien cosa del roce y la mordida que él le obsequió? A esas alturas ya se desconocía incluso a ella misma, a veces le parecía que actuaba como una novicia embelesada.

—Yo misma he dicho esas palabras cual si fuesen cualquier cosa, pero lo cierto es que por más de mil siglos he sido un terreno inconquistable. Mi lealtad ha sido para conmigo misma nada más —se pasó la lengua por la tenue marca de mordida que él le dejó, aunque al hacer esto también lamió los labios de Alek—. Pero te veo y me altero. Quiero que me tomes, con urgencia; quiero ver más de esa mirada hambrienta de sangre y de mí. ¿Qué me hiciste? No, no importa... Sólo quédate Aleksandr, quédate aquí —y tras esa declaración descendió sus labios por el mentón ajeno, pasando
As1526751 · M
[code]El calor que se vivía entre ambos fue en aumento, exponencialmente incrementándose hasta que uno de los dos se quemara. Y, obviamente, no sería el cazador quién viviera la dolencia.

Oh, sí... Es tan tentador como detener una bala con los dientes. Claro que podría, pero no es mi gusto. Yo prefiero cosas más... —optó por aprovechar la cercanía que se había roto. Los brazos masculinos rodearon la cadera femenina para obligarla a que presionara los senos contra los pectorales.— [b]Ya sabes, más a mí estilo. Y, créeme, que gobernar un Infierno no está entre mis preferencias. En cambio, tú, encanto, gobernarte a ti... [/b]—para ese momento, estaba respondiendo con los labios ajenos sobre los propios. Cada palabra fue una caricia que terminó con una mordida sobre el labio inferior; apresándolo con la suficiente fuerza para tirar de la carne y liberar a los segundos.[/code]
Dev1558146 · F
No pudo reprocharle lo dicho porque era cierto, ambos entendían muy bien lo que era el aburrimiento de una vida simple porque sus orígenes distaban mucho de ser denominados como "pacíficos". Chordeva vivía por la violencia, la sangre, la lujuria y la adrenalina; motivo por el cual acortó poco a poco la distancia que los dividía, haciendo resonar sus tacones contra el pavimento en el proceso. —Lo que yo me propongo nunca se queda en un intento, Alek —colocó sus palmas en el pecho masculino y fue acariciando de manera ascendente hasta poder rodearle el cuello. Se enredaba en él, lo aprisionaba—. Te ofrezco el infierno mismo para ti y un poder más allá al gobernar también sobre mí. ¿No te parece tentador? —lo último lo dijo peligrosamente cerca de su rostro, casi tocando los labios contrarios con los propios.
As1526751 · M
[code]Se detuvo frente a ella, manteniendo un poco la distancia para no quebrar ese encanto existente en el rencuentro.— Pensé que ya había quedado claro el hecho de que me gusta correr riesgos. ¿Qué es la vida sin un constante peligro? —generó una pequeña pausa para dejar sopesar la incógnita, pero terminó respondiéndose a sí mismo.— Una muerte en vida... Y ambos hemos vivido lo suficiente para entender esa desgracia. —exhaló pesadamente para dar énfasis a las palabras. Y, de esa manera, continuar.— ¿En serio? Entonces deberías agradecer por darte la oportunidad de intentarlo.[/code]
Dev1558146 · F
—Ser dócil no es uno de mis rasgos principales, pero sospecho que eso no te sorprende —se retiró las gafas oscuras y las colgó justo en medio del mismo escote que él había señalado; con una media sonrisa en los labios esperó a que su escudriño terminara. Podía sentir en su ser un extraño chispazo eléctrico que le subía por aquella marca rosácea que le había aparecido en el vientre y le recorría la espina dorsal—. ¿A qué debo el honor de tu visita? Sabes que cada vez que vienes corres el riesgo de que te secuestre para mí.
As1526751 · M
[code][b]Esa no es la expresión que esperaba como bienvenida, aunque el cuero y el escote son tentadores... Dostatochno chtoby otkusit.[/b] —a paso lento, el cazador rodeó a la infernal. Quería observar, mirar como la vestimenta se le adhería al cuerpo. Poco le importaba demostrar tanto interés, al contrario, quería expresar esa intensa atracción. Algo sumamente extraño dado su primer encuentro, pero así trabaja la mente del hombre.[/code]

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