Si, como digas...-Mantuvo esa figura de temor, y incluso sumisión, propia de un camaleón de actitudes. Andi se aferro a aquella pared casi como su único escudo contra ella. Se sentía contenido por el frío escombro, ambas manos en sus bolsillos, mirada atenta hacia la demonia.- Diablos Deva, ¿Desde cuando te comportas así? -Le menciono, mientras giraba la cabeza para observarla con simple cautela.- ¿Un mensaje? ¿A quien? ¿Para quien? ¿Me pagarás? -La asedio con preguntas, con dudas y demás, sin despegarse de su refugio-