Si, pero ahora estás rabiosa. -Mencionó, cuando por fin se dio cuenta que el no era el objetivo, la propuesta lució curiosa y sin dudas le interesaba. Andi se acercó hacia ella nuevamente, despegandose de la pared.- Claro que puedo, solo quería saber si de verdad me ibas a pagar. -Con total confianza llevo su diestra hacia el hombro ajeno, dándole suaves pinceladas, con una sonrisa cómica en sus labios- Me vas a dar su nombre y el tipo de..."atencion" que deseas para el, puede ser algo suave....o algo más especial.

Siempre he sido así, no sé de qué hablas. — Una risita melodiosa, casi angelical, salió de su boca en forma de burla y después colocó su diestra en la misma pared donde Andi se recargaba, a un lado de él, como si quisiera acorralarlo. — Un mensaje a uno de mis enemigos humanos. Sé que puedes con las tareas nimias que no quiero cumplir y, sí, voy a pagarte. Sabes que el dinero es lo que más me sobra. — Afilió su mirada sin desvanecer su sonrisa, como si estuviera retandolo. — ¿Lo harás?

Si, como digas...-Mantuvo esa figura de temor, y incluso sumisión, propia de un camaleón de actitudes. Andi se aferro a aquella pared casi como su único escudo contra ella. Se sentía contenido por el frío escombro, ambas manos en sus bolsillos, mirada atenta hacia la demonia.- Diablos Deva, ¿Desde cuando te comportas así? -Le menciono, mientras giraba la cabeza para observarla con simple cautela.- ¿Un mensaje? ¿A quien? ¿Para quien? ¿Me pagarás? -La asedio con preguntas, con dudas y demás, sin despegarse de su refugio-

Vaya, vaya... No sabía que eras tan cobarde. — Bajó su brazo y sin dudarlo ni un segundo empezó a avanzar rumbo a él, acortando la distancia que lo mantenía a salvo; lo miraba como un cazador mira a su presa minutos antes de romperle el cuello. Su aire altivo, su contonear de femme fatale y su ceño ligeramente fruncido en cuanto cayó en la cuenta de que, de algún modo, se burlaba de ella. — Tendrías que tener más respeto, serpiente, recuerda que mi fuerza es superior a la tuya y puedo partirte en pedazos de solo desearlo. — Y dicho eso se detuvo a unos cuantos pasos de la figura masculina solamente para poder observarlo de pies a cabeza. — Oh, cariño, te falta mucho para ser un maleante en toda la extensión de la palabra y... Justamente, por eso te llamé. Quiero que mandes un mensaje.

¿Cual causa? ¿Desde cuando comes drogadicto? No soy muy nutritivo que digamos... -En el fondo podría decirse que le temía, y temía sobre todo su extraño apetito. Andi trago saliva, mientras negaba reiteradas veces con la mirada, el ceño fruncido y la boca abierta. Afortunadamente estaba a mucha distancia aun, se sentía a salvo, a pesar de tener la espalda contra la pared- ¿Para eso me llamaste? No sabia que 'Lady Chordeva'... -Levantaría sus manos, bajando y subiendo sus dedos para más énfasis a sus irónicas comillas.- Perdía tu tiempo cazando malchicos.

Me gustan las almas crudas. ¿Quieres ofrecer la tuya a la causa, Andissiel? — Cuestionó con un tono burlón y acto seguido estiró su brazo hasta él aunque merced a la distancia no pudo alcanzarlo. — Ven, ven. No tengas miedo, no te va a doler mucho.

¿Te gustan las hamburguesas...o los burritos? -Se subió el cubrebocas que llevaba recargado en su cuello, curiosamente, su voz no se vio afectada por ello. Mantuvo las distancias entre ambos, mientras aclaro- ¿O más bien "almas de inocentes al vapor"?

Una sonrisa socarrona se dibujó en el rostro de Chordeva, casi burlándose por el nulo conocimiento que Andissiel tenía sobre ella. — Por el contrario, mi dualidad es lo que me define y ciertamente adoro parecer humana, me funciona muy bien a la hora de... Alimentarme. — Introdujo ambas manos en los bolsillos de su sudadera y se tambaleó suavemente sobre sus tobillos y puntas.

Es curioso verte así vestida. -Mencionó, mientras se recargaba en la pared- Te ves hasta humana, de seguro te avergüenza eso.