[med]— ¿Mmm? Eso suena tan honesto como podría sonar poco creíble, voy a darles el beneficio de la duda. — [/med] Dijo el Overlord mientras ladeaba su rostro, soltando una suave y melódica risa, su rostro se veía tan inocente, inclusive daba un deje de divinidad si no fuera por el hecho de que llevaba sobre sus hombros aquella aura de sumisión a la cual mortales, y demonios menores se arrodillarían sin pensarlo, porque aquella era sobrecogedora, sin embargo no así para seres de voluntad fuerte como sabía eran Chordeva y su familia.
[med]— Suena a a ti, pero también veo bastante movimiento desde el despertar del Contra Mundi, luego vinieron Flauros, y Satanachia, aunque ellos no estuvieron primero... ¿Sabías que los pecados llevan mucho tiempo rondando por los alrededores disfrazados de mortales?[/med]
El hombre cerró sus ojos sonriendo de modo casi "tierno" lo cual era bizarro para un hermoso diablo de su categoría, Asmodeus era excéntrico, y así susurró.
La menuda figura femenina se encontraba sobre el cuerpo inerte de un joven pelinegro. Con ambas manos sostenía las mejillas pálidas del cadáver mientras bebía con vehemencia de sus labios hasta el último hálito de vida; ni siquiera se molestó en interrumpir su cena cuando escucho una voz que conocía perfectamente pues sabía que - al menos en ese instante - no se hallaba bajo peligro alguno. No fue hasta que terminó con lo suyo que dejó caer la cabeza que sostenía y se incorporó, encarando al observador. — Yo siempre me he encontrado en los alrededores, buscando diversión. — Tras decir aquello se relamió el inferior como muestra de gusto por la presa degustada. — No todos tenemos motivos ocultos. — Señaló mientras una sonrisa cargada de falsa ternura se dibujaba en sus labios pues era claro para ella que estaba mintiendo.
[med]— Veo que nuevamente te encuentras jugueteando con la presa, Chordeva. Eso explica perfectamente porqué te comparan con los felinos. . . Como cuando un gato atrapa a una rata inmunda. —[/med]
Dijo la calma voz del varón de blancos cabellos, o que al menos mostraba dicha forma por el momento, ya que no necesitaba parecer humano ante aquellos de su raza. Sus ojos carmín observaron la escena frente a sí, cuando apareció desde las penumbras mismas, su rostro notándose casi amable y sereno, mientras parecía degustar de lo que veía, siempre mostrando una pose elegante y calculadora por la cual se le conocía al "Overseer" de todos los infiernos.
[med]—¿Qué tanto les ha traído a volverse tan activos? Debo admitir que han empezado a dejarme bastante curioso. —[/med]