-En efecto, está chiquito y convertido no solo físicamente sino mental (tampoco suele haber tanta diferencia) así que toma la mano contraria con ambas, y se le notaba muy emocionado- ¡Me encantaría! Tienes patatas.

Me voy a sentir muy boba jugando eso... pero, si es para verte feliz a ti está bien. — le toma de la mano porque él está chiquito y no sabe lo que dice ni hace; o tal vez sí. — mira, luego te enseño a dibujar y pintar, ¿te gustaría?, tengo mucho material en mi apartamento. — sonríe, mirando con gracia ese dibujito de palitos.—

Es una broma, vamos a jugar a que robamos pero compramos ¿Te parece mejor? -En la libreta había un dibujo de sí mismo en palitos- (?)

¿Me estás escuchando? — Observa de un costado en la libreta ajena, curiosa de saber qué tanto más podría encontrar extraño.— Rhaamy, ya dije que vamos a comprar.

Robaremos un palacio, matamos al Príncipe y huimos. -Hace anotación; ajustando su idea elevando ambas cejas- Lo tengo.

¡¿Qué, qué, qué?! — repitió con una ceja arqueada y en un tono de voz elevado.— lo mejor es comprar Rhaamy, nada de actos iliciticos, ¿entendido?

¡Podemos roba** quiero decir...¡Conseguir un poco! -Se le veía raspando sus palmas como buen truhán que era- (?)

— se carcajeo sin exagerar al ver esa expresión en él, estaba bien gracioso pero eso no le quitaba lo lindo.— uhm, si, es muy delicioso, ya me antoje, awhhh.. — le suena la panza.—

¡Ah~! -No se pudo quejar, pero sí puso una cara de lo más ridículo- ¿Que es eso? ¿Es rico?

Siii, te ves muy dulce. — le estrujó los cachetitos.— eres como pan dulce.