Tan reluciente como el sol ¿No? Espero que sí. Sentenció con cuidado al notar con ojo criticó su capacidad de pintar, que era muy buena. No sabría decirte, las artes plásticas no son lo mio. Pero una sonrisa posó en sus labios al ver la obra contraria, una muy buena.
Owh, gracias, quedarás reluciente, en todo el sentido. ¿ok? — pintó sobre su piel delicadamente, dejando que el pincel plasmara tintes alegres y llamativos en su rostro, simulando un bello paisaje, tal cual un atardecer crepuscular. — ¿qué pintarás en mí? — le preguntó, con una sonrisa de alegría a medida que iba deslizando la brocha por sus facciones, y el restante de esa bella piel morena.— ~
Puedes pintarlo. -Acudió con atención, mientras alzaba sus labios para posar para ella. Alzándose con brazos, para lucir majestuoso ante la fémina pero siempre con su tonta inocencia- Luego te pintaré a ti.
Claro que lo seré, ¿te parece si pinto un bonito atardecer? — desechó la idea de usar acuarelas y buscó mejor sus pinturas para cara. Organizó varios tonos entre amarillos, naranjas y rojizos en su paleta de colores, y comenzó entonces a pincelar el rostro de Rhaam con cuidado, aplicando mucho empeño en dejarle una preciosa pintura.— lalammlala ~
Adelanté. -Observará con ojo inquisidor. Su ceja diestra se alza al oír por instantes que no es hermoso. Pero luego suspira al recordar que sí- Se generosa.
