The Alpha and The Omega
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ESA1550501 · F
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*Un nuevo día había empezado. La ahora ya señorita de nombre Eva , del linaje de los Sparda había recibido la grata noticia de al fin entrenar con su tío, Vergil Sparda. Pero el día anterior se había decidido a dejarse de líos con su hermano adoptivo V (?) Pues si algo sabía de antemano era que su padre, Dante, solo le otorgaba obsequios en cuanto a armas se refería sin darle una enseñanza si quiera, que en contrario con ella V si tenía eso que tanto anhelaba ella.
Sus armas igual estaban listas, eran sencillas armas blancas, pequeñas dagas, un par de navajas militares y por ahí escondido un gas con aparente estuche de labial, lo común en ella como mujer y como precaución (?). Esa mañana tomo lo necesario y dejo la oficina para adelantarse a un punto de encuentro con el albino y después ir a uno de los bosques colindantes o eso pensaba. Lo que más disfrutaba era estar en contacto con la naturaleza, sin importar las condiciones del lugar, sean climas calidos o frios, pero definitivamente eran los bosques los que mas paz le brindaban quizás por qué Olaf le había mostrado cuan hermosa puede llegar a ser la naturaleza. Camino unos minutos por los senderos de la ciudad hasta que llego a una edificación no muy grande donde no se podía aún ver la presencia del mayor.
Le tomaria toda la mañana quizá, pero deseaba aprender firmemente cada lección otorgada y ¿Por que no? Incluso hasta si se prestaba la atención, podía darse la oportunidad de aprender más de si primo, Nero. Y así finalmente se quedó de pie mientras esperaba silenciosa, quedo con sus manos sobre su mediano bolso de mano donde realmente no cargaba nada de valor salvó sus golosinas, un gusto peculiar heredado por su madre.* [/code]
Sus armas igual estaban listas, eran sencillas armas blancas, pequeñas dagas, un par de navajas militares y por ahí escondido un gas con aparente estuche de labial, lo común en ella como mujer y como precaución (?). Esa mañana tomo lo necesario y dejo la oficina para adelantarse a un punto de encuentro con el albino y después ir a uno de los bosques colindantes o eso pensaba. Lo que más disfrutaba era estar en contacto con la naturaleza, sin importar las condiciones del lugar, sean climas calidos o frios, pero definitivamente eran los bosques los que mas paz le brindaban quizás por qué Olaf le había mostrado cuan hermosa puede llegar a ser la naturaleza. Camino unos minutos por los senderos de la ciudad hasta que llego a una edificación no muy grande donde no se podía aún ver la presencia del mayor.
Le tomaria toda la mañana quizá, pero deseaba aprender firmemente cada lección otorgada y ¿Por que no? Incluso hasta si se prestaba la atención, podía darse la oportunidad de aprender más de si primo, Nero. Y así finalmente se quedó de pie mientras esperaba silenciosa, quedo con sus manos sobre su mediano bolso de mano donde realmente no cargaba nada de valor salvó sus golosinas, un gusto peculiar heredado por su madre.* [/code]