“El era la oscuridad para todos, una sombra tenebrosa y peligrosa, un ser sin corazón incapaz de sentir piedad Para algunos era un monstruo… Para mí era como la Luna- murmuré inevitablemente -¿La Luna? -Estaba rodeado de oscuridad, una tan densa que parecía opacar todo a su alrededor… como una noche sin estrellas, pero una vez que le observas brillando tan lejano no puedes evitar desear alcanzarle. Y mientras más pasa el tiempo, te dedicas a observarle con mayor fervor, tratando de entenderle, de apreciar algo diferente, porque sabes que no importa lo que hagas, no podrás alcanzarle”